Hay visitas oficiales y VISITAS OFICIALES. Y los príncipes William y Harry saben que, como la que vivieron ayer en los estudios de cine Pinewood en Londres, hay más bien pocas. Amén de las muchas, muchísimas envidias que deben haber despertado en media Humanidad.
Los 'royalties' británicos han visitado el rodaje del episodio VIII de 'Star Wars'. La popular saga galáctica creada por George Lucas tiene una legión de seguidores en todo el mundo, y viven cada una de sus películas como auténticos acontecimientos. Teniendo en cuenta este dato, William y Harry pueden considerarse auténticos privilegiados por la experiencia que han vivido y, viendo las fotos, podemos asegurar que la han disfrutado intensamente, como dos fanáticos más emulando a sus héroes. Vaya, que si les dan a elegir entre seguir siendo de la realeza o enrolarse en la orden de los Jedi, podría sorprender a más de uno su respuesta. Aunque también parece que a Harry le va más el "Lado Oscuro de la Fuerza", viéndole empuñar con tanta convicción la espada láser del malo de esta nueva entrega.
Con Fuerza o sin ella, es verdaderamente encantador ver a los hijos de Lady Di y el príncipe Carlos –William, incluso, con dos hijos pequeños– olvidarse del protocolo y de la edad (William tiene 33 y Harry 31), y dejarse llevar por su lado más infantil. No todos los días puedes subirte a una nave espacial, estar cara a cara con el mismísimo Luke Skywalker, intentar llevarte algún secreto de las aventuras de Rey y Finn y, sobre todo y lo más importante, abrazar con emoción a Chewbacca.