Con su presencia en la fiesta de lanzamiento de la nueva línea de maquillaje de Rihanna se confirmó. Alejandra Rubio Borrego, hija de Terelu, se convierte en un nuevo rostro a tener en cuenta a la hora de captar atención para las marcas. Ella sigue la estela de otros ‘influencers’ por sorpresa como Anna Ferrer, hija de Paz Padilla, o Anita Matamoros, hija de Kiko. Son los ‘cachorros’ de ‘Sálvame’.
Si sus padres son protagonistas del terreno offline, es decir, prensa escrita, televisión… ellas reinan en el online. La influencia que ejercen se desarrolla en el mundo virtual donde sus recomendaciones son tomadas como dogmas y descubren que su estilo de vida, de expresarse o de transmitir según qué valores, puede reportarles beneficios económicos. De esta nueva hornada de celebridades, algunas no han cumplido la mayoría de edad, tal es el caso de Alejandra o Anita, ambas estudiantes de bachillerato. Las jóvenes lo único que tienen de corto es la edad, pues su número de seguidores resulta llamativo. La hija de Kiko y Makoke tiene un total de 174 mil seguidores, mientras que Alejandra tiene casi 30 mil. Y eso que su cuenta es privada. La diferencia entre ambas yace en que la primera ha convertido sus acciones en las redes como una forma en la que buscarse la vida, siendo responsable de lo que publica, creando contenido interesante para sus seguidores, creando un plan, una estrategia junto a su fotógrafo… Un auténtico trabajo que, a veces, la tiene agotada. Y todo esto sin descuidar sus estudios.
La hija de Terelu no se toma las redes sociales de una manera tan profesional y las emplea como cualquier chica de su edad. De manera más despreocupada, ella muestra su día a día, su vida al lado de sus amigos, su mascota, su familia… no hay patrocinio alguno. Pone lo que quiere y como lo quiere, pero aún así, despierta interés. La primera marca ya ha contactado con ella. Rubio fue una de las invitadas a disfrutar junto a Rihanna de la exclusiva fiesta de lanzamiento de su cosmética.
Y mientras unos hacen de sus seguidores su punto fuerte, otras huyen de lo que implica ser famosa. Nos explicamos. A Andrea Janeiro le interesa tan poco como nada ser una voz a tener en cuenta en las redes. Para la hija de Belén Esteban su mayor pesadilla sería convertirse en ‘influencer’, pero parece haber heredado el gen ‘Midas’ de su progenitora: cualquier cosa que hace o dice se convierte en oro, o lo que es lo mismo, algo noticiable. La de 18 años despierta una tremenda curiosidad y se ha convertido en un rostro popular muy a su pesar.
Anna Ferrer dio el salto a la fama a través de la boda de su madre. Paz Padilla la había protegido siempre, pero a los 20 años ella decidió salir del ‘anonimato’. Invirtió más tiempo y ganas en su canal de youtube, en Instgram y se volcó con sus seguidores. En cuestión de un año, la popularidad de Anna se ha disparado. El último empujón lo ha tenido en ‘Mi casa es la tuya’. Padilla ha manifestado en alguna ocasión que no le hace demasiada gracia el trabajo de su pequeña, pero no se puede oponer. Su hija le ha demostrado siempre ser alguien juicioso, trabajador y responsable. Ahora pone en práctica todo esto a través de su faceta online, y de paso, se abre camino laboral.
Los hijos de Matamoros son los que más arrasan en las redes. Si Anita presume de más de 170K, su hermana Laura bate récords en la familia con sus más de 400K. Concursante de ‘realities’, la joven también ha descubierto que ser una prescriptora de estilo de vida y moda en redes también puede ser una manera ganarse el pan. A las marcas les gusta su clase y su fuerza, así que cuentan con ella para que luzca sus productos. Y a su hermano Diego le pasa exactamente lo mismo. Él, con sus 131.000 seguidores y un físico de infarto, es la imagen perfecta para comida saludable, accesorios de lujo o viajes de aventura. ¿Lo que más nos gusta de él? Que emplee su fama en redes para alzar la voz por los que no tienen. Colabora con un refugio de animales y, además, nos recuerda aquellas especies que están en peligro de extinción por la acción del hombre. De estos temas sí que es primordial que haya perfiles que de verdad influyan. Auténticos ‘influencers’.