Los guardaespaldas con los que todos soñamos

Los miembros de seguridad de las celebridades que hacen que queramos ser famosos

El hombre del día se llama Peter van der Veen y tiene una profesión que lo ha hecho conocido a nivel interplantario, es guardaespaldas. Guardaespaldas de las estrellas, para ser exactos. Él es el encargado de la seguridad de Adele y el responsable de que la británica esté más feliz que nunca.

¿Sufríais por ella con tanta canción dedicada a sus ex? Dejad de hacerlo, la diva ha encontrado un maromazo que le dibuja una sonrisa cada vez que sale a la calle con él. Peter trata de protegerla de los fans nerviosos, de que las cosas no se salgan de madre y de que llegue sana y salva a hacer la compra a Tesco o a dar un concierto. Menudo trabajo el suyo.

Pero van der Veen ya está curtido. Debió de salirle callo cuando trabajaba para Lady Gaga, cuando el mundo entero se volvió para contemplarlo y preguntarse de dónde diantres había sacado Stefani semejante espécimen. Hasta la ‘Gagapedia’ (sí, es una cosa que existe) le dedicó un artículo en el que nos ilustró acerca de su procedencia, es de Holanda, y hasta cantó (!!!) en ‘Government Hooker’, poniendo unas voces robóticas. Así que ya veis, guapo, valiente, con un cuerpo de escándalo y carrera (corta) en la música. ¡Qué más podemos querer!

No sabemos si Adele conocerá este detalle de la vida de Pete, como lo llaman sus amigos, pero puede que el día de mañana decida darle un pequeño papel en alguna canción. Eso sí, lo de las voces robóticas no sabemos cómo encajarlas en la música de Adele... ¡Ya lo tenemos! ¿Habrá pensado la británica en una canción de en la que le deja el corazón roto su novio, un robot que tiene que volver a marcharse a su planeta? Piénsatelo, Adele. No descartes nada al tuntún.

Pero no es el único. Antes de él ya nos robaron el corazón otros tiarrones que también se dedican a la protección de estrellas, como el guardaespaldas de Beyoncé, el de Jennifer Lawrence, o el de Caitlyn Jenner (el primero). Si entráis en nuestra galería ya entenderéis por qué.