Nunca fue un hombre "gastón" y llevaba una vida sin ostentaciones, según afirman sus amigos. "Pero dinero tenía", dicen también. Entre la considerable liquidez sobre la que se especula, y sus bienes inmuebles, entre los que figuran su casa de Málaga y dos plazas de parking, Chiquito de la Calzada consiguió reunir un legado que, tras su fallecimiento, se ha convertido en motivo de disputa de sus familiares.
La muerte del humorista el pasado 11 de noviembre dejó consternados tanto a su círculo íntimo como a la legión de admiradores que contaba desde que irrumpió en la televisión con su particular vocabulario y su enorme sentido del humor. Gregorio Sánchez, su nombre real, y su mujer Pepita, cuyo fallecimiento en 2012 le sumió en una gran tristeza, no tuvieron hijos, por lo que la guerra por el reparto de su patrimonio no ha hecho más que empezar y se intuye polémico.
A falta de que se abra el testamento con las últimas voluntades de Chiquito, las últimas informaciones apuntan a su sobrina Loli como la persona que más se podría beneficiar de los seis sobrinos que tuvo. Según afirmó el periodista Jesús Manuel en 'Sálvame', el humorista la habría nombrado su "heredera universal", en detrimento del resto de sus familiares cercanos. Loli, hija del hermano mayor de Gregorio, ha sido siempre quien ha mantenido un contacto más fluido y estrecho con su tío, gracias a la proximidad de sus domicilios, y ha sido quien ha estado más pendiente de él. Respecto a las informaciones vertidas, por el momento ha decidido guardar silencio.
Quien acuñó expresiones como "fistro" o "jarl", también tiene a Tomás, otro hermano, que tuvo un papel muy activo durante su velatorio; sin embargo, fuentes cercanas al querido cómico aseguran que no tenían mucha relación.