Toño Sanchís y Belén Esteban han conformado una de las parejas laborales más fructíferas de la última década y, en el ámbito personal, su amistad llegó a ser tan íntima que el representante llegó incluso a ser el albacea en el testamento de la de San Blas. “Toño es mi familia, es como un hermano, es más que un hermano”, declaraba la Esteban cada vez que se le preguntaba por su mano derecha
¿Cuándo se gestó esta ruptura entre ambos?
Aunque Belén ha afirmado que fue una mujer del entorno de Toño Sanchís quien la alertó hace cuatro meses de los desajustes que sufrían sus finanzas, sus desavenencias comenzaron cuando la Agencia Tributaria le puso el foco encima. Las tres inspecciones por las que pasó evidenciaron la existencia de varias irregularidades, entre ellas el impago del IRPF entre 2006 y 2008. Según ha podido saber Lecturas en exclusiva, desde Hacienda se alertó a Belén de que estaba pagando elevadas cantidades de dinero por servicios ficticios que le facturaba una empresa pantalla tras la que presuntamente se escondía Toño Sanchís. Poco a poco, la empresa de Belén estaba siendo descapitalizada a sus espaldas.
Belén descubrió que tenía en el banco menos de lo que pensaba
La Esteban tomó cartas en el asunto y encargó una auditoría externa para comprobar su situación financiera y fiscal. Eso fue lo que la separó definitivamente del hombre al que confió la administración de su empresa durante casi 10 años. Cuando Hacienda le comunicó una deuda de más de 600.000 euros, también descubrió con estupor que no podía hacer frente a dicho montante, porque en sus cuentas bancarias había menos capital del que creía. La Agencia Tributaria procedió al embargo preventivo de su chalet de Paracuellos y el piso que posee en el barrio madrileño de San Blas. Belén Esteban ya ha abonado más de 300.000 euros a la Agencia Tributaria, y ya está en vías de liquidar su deuda.
Más información en la revista Lecturas