El llamativo motivo por el que Tamara Falcó e Iñigo Onieva siguen viviendo en casa de Isabel Preysler

Tamara Falcó e Íñigo Onieva se han instalado en la casa de la madre de Tamara Falcó tras convertirse en marido y mujer. Esta es la poderosa razón por la que viven con Isabel Preysler

Gema Amil
Gema Amil

Redactora Jefe digital de Lecturas

Tamara Falcó e Íñigo Onieva
Instagram @tamara_falco

Tamara Falcó (42 años) e Íñigo Onieva (34 años) se dieron el 'sí quiero' el pasado 8 de julio y aún están en una nube. Tras varios años de intenso noviazgo y un último año nada fácil en el que ambos han apostado por su amor contra viento y marea (y más de una polémica) la pareja se unió en matrimonio para comenzar una nueva vida. Otra etapa en su relación que no ha arrancado como ellos deseaban por un poderoso motivo. Tamara Falcó e Íñigo Onieva están viviendo en casa de Isabel Preysler, ¿por qué? 

La razón es que el lujoso ático que han adquirido continúa en obras. Ambos podían continuar en la casa en la que vivían antes de su boda hasta que la entrega de la nueva vivienda esté lista, en el barrio de Isabel Preysler pueden estar muy atentos de los avances de su nueva vivienda. La mansión de la madre de Tamara está en el mismo barrio madrileño que su ático de lujo, en Puerta de Hierro, y si viven allí puede supervisarlo todo de una manera mucho más cómoda.

"Nos hemos instalado en casa de mi madre porque tenemos que supervisar la obra de la casa nueva, que ya está casi acabada", ha contado la propia Tamara Falcó. A Isabel Preysler le encanta recibir a sus hijos en su casa y que se queden allí las temporadas que haga falta. Tamara e Íñigo han seguido los pasos de Ana Boyer y Fernando Verdasco y en la mansión de Preysler se sienten cómodos, hay sitio para todos.

El ático de lujo de Tamara Falcó e Íñigo Onieva de 186 metros cuadrados

En la casa de Isabel Preysler tanto Tamara Falcó como Íñigo Onieva viven entre algodones pero son muchas las ganas que tienen de mudarse definitivamente a su nuevo hogar. El ático está ubicado en la exclusiva urbanización de Puerta de Hierro de Madrid. Está diseñado por los arquitectos Joaquín Torres y Rafael Llamazares, de A-Cero y forma parte de la promoción The Collection, de Kronos Homes. Está valorado en 1,5 millones.

El ático tiene dos terrazas, una de ellas con piscina privada. La cocina es abierta y perfecta para que Tamara Falcó haga sus recetas y sus cenas con amigos. La zona de la cocina está conectada con un amplio salón, y tiene cuatro habitaciones y tres baños. Además, cuenta con otra piscina común para las 87 viviendas del residencial, un lujoso spa y zona infantil, un lugar ideal para que Tamara e Íñigo formen la familia con la que sueñan desde que se conocieron.

Las duras exigencias en casa de Isabel Preysler

A Isabel Preysler le encanta que sus hijas, yernos y, sobre todo, sus nietos se instalen en su casa el tiempo que haga falta pero eso sí todos tienen que acatar unas normas y son muy exigentes.

"Si entre alguien mayor te tienes que levantar y saludar como señal de respeto. Si entra mi madre y estamos mi hermana y yo nos tenemos que levantar y saludar", ha contado Tamara Falcó sobre cómo es vivir con su madre. Unas normas con las que ella ha crecido pero que seguro sorprenden muchísimo a su marido, Íñigo Onieva. Además, añade: "no es elegante ponerse demasiada comida, a no ser que seas mi cuñado [el tenista Fernando Verdasco] que está exento porque quema muchas calorías".

Tamara Falcó es la hija de Isabel Preysler que más tiempo ha vivido con ella, de hecho a ambas le costó mucho tener que separarse. Tamara lleva bastante tiempo viviendo con su ya marido Íñigo Onieva y ambas están aprovechando esta reforma en su nuevo ático para recuperar el tiempo perdido con sus charlas y más anécdotas que sumar en el hogar que tantos años han compartido y donde han vivido momentos inolvidables (y también otros muy duros). Vivir en el mismo barrio les ayudará a mantener esa unión madre e hija, y a que Isabel Preysler puede estar muy cerca de sus futuros nietos como ha deseado la propia Tamara Falcó.