El llamativo antes y después de Finito de Córdoba tras su última reinvención laboral para la que Arantxa del Sol ha sido esencial

La nueva vida de Finito de Córdoba está más cerca de los moldes de tartas que de las astas de un toro. Así ha cambiado desde que le conocimos

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Conchi Álvarez de Cienfuegos

Redactora Jefe digital de Lecturas

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“Era impensable”. Hace un año, si a Finito de Córdoba le dicen que iba a ser todo un maestro repostero no se lo habría creído. Pero la vida le tenía deparada una nueva sorpresa que nada tenía que ver con el desempeño profesional al que llevaba desde que era niño dedicado. 

Juan Serrano Pineda, apodado Finito de Córdoba en los ruedos, creció sabiéndose torero y a los 15 no aguantó más y se lo contó al mundo entero. Desde entonces, todo fueron dar capotazos y estocadas, llegando a convertirse en uno de los diestros clave del toreo de los años 90 y los 2000. 

Casado desde el año 2001 con la presentadora y modelo Arantxa del Sol, este no podía imaginarse que ella acabaría convirtiéndose en su inspiración de cara a su gran reinvención laboral. 

Arantxa, la gran inspiración de Finito para aceptar el gran desafío de su carrera

Y es que, de no haber sido por la valentía y el arrojo que mostró la asturiana al aceptar el reto de ‘Supervivientes’, quizás él no se habría animado a decir “sí, quiero” a su última (y dulce) aventura: el concurso de cocina ‘Bake off’. 

“Cuando lo propuse en casa, Arantxa y mis hijos me empujaron a hacerlo. Ahora estoy muy orgulloso de haber participado”. No hay duda que Finito de Córdoba se siente profundamente apoyado por los suyos; estos siempre le han demostrado ser su gran suerte y el proyecto del que se siente más orgulloso. 

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Cuando se casó con la presentadora, los dos eran grandes figuras en sus respectivos trabajos. Él venía de una relación de lo más seria con la empresaria (e hija y hermana de toreros) Marián Camino, y a Arantxa no le faltaban pretendientes. Se conocieron mientras participaban en un programa de televisión, donde, según sus representantes, la química era más que evidente. Estos actuaron como Cupidos y, tras la grabación, les pusieron en contacto para que aquellas chispas surgidas se transformaran en auténtica electricidad. 

El instinto no les falló a sus managers. Unas semanas después de aquel encuentro, Finito y Arantxa eran la nueva pareja de moda de finales de los años 90. Viendo lo bien que marchaba su relación, la propuesta de matrimonio no tardó en llegar. 

La gran boda torera de los años 2000

El 21 de octubre de 2001, el torero y la presentadora se casaban en una boda por todo lo alto en la que no faltaron los desmayos y los famosos. Córdoba entera se lanzó a las calles para ver cómo se casaba su vecino más famoso y, de paso, comprobar si las celebridades que acostumbraban a ver en el papel couché eran como este las mostraba. 

Fue una boda andaluza con toques asturianos en honor a los orígenes de la novia, que llegó a la iglesia de Santa María de las Aguas Santas radiante pero consumida por los nervios. Y, cuando las gaitas de su tierra empezaron a sonar, la excitación fue más en aumento.

Arantxa del Sol y Finito de Córdoba.
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Por supuesto que hubo salve rociera, paseo en calesa y visita a la Virgen de los Dolores para ofrecerle el ramo y el capote. Y, en la celebración, se disfrutó de un menú que recorría la geografía española, desde los lagos de Covadonga a los patios cordobeses. 

Sin duda, fue uno de los momentos más felices para ambos; que sabían desde el principio de su relación que deseaban formar una familia, la cual no tardó. Al año de su espectacular boda, el matrimonio daba la bienvenida a Lucía, su hija mayor; para, en 2008, que los Serrano del Sol estuvieran al completo con el nacimiento de Juan. 

Arantxa del Sol, apartada de su carrera

Esta tribu que formaron, tan sólida y fuerte, fue un arma de doble filo para uno de sus miembros. Cuando se convirtió en madre, la carrera en ascenso de Arantxa del Sol se estancó. No solo eso, cayó en picado. La presentadora jamás ha logrado entender por qué influyó de manera negativa en sus contratos de trabajo el hecho de tener dos hijos; mientras que su marido seguía llenado plazas y acumulando tardes de gloria.

“Nunca me retiré”, confesó la asturiana años más tarde. Sintió que casarse y formar una familia fue algo que jugó en su contra; convirtiéndose en una víctima más del machismo de la época, que la afectaba a ella pero que no intercedía en la proyección profesional de su marido. 

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En 2024, cambió la suerte de Arantxa del Sol, quien volvía por la puerta grande a la televisión de la mano de uno de los realities más extremos y de mayor audiencia, ‘Supervivientes’. En plató, con mirada orgullosa, su chico. Finito, que jamás había gustado de las cámaras, se tragó su timidez para defender a la mujer que lo había dado todo él. Ahora le tocaba a él hacerse a un lado y dejarla brillar. 

La lección que Finito de Córdoba ha aprendido de su mujer, Arantxa del Sol

Arantxa se dejó la piel en el concurso de supervivencia y mostró una faceta cañera y aguerrida que pocos conocían. La valentía de la que hizo gala todo el reality ahora ha sido transmitida a su marido, quien ha probado fortuna en otro terreno mucho menos arriesgado, aunque igual de nuevo para él. Por eso, cuando presentó ‘Bake off’, el nombre de su mujer no se le iba de los labios. 

Estoy súper orgulloso de lo que ella ha sido capaz de enseñarme”, dijo Finito en la rueda de prensa. “Nos dio a todos una lección de vida. Yo sigo dudando si yo sería capaz de hacer lo que ella hizo. La entereza con la que llevó todo es para quitarse el sombrero”. 

El torero no tiene problema en elogiar a la gran maestra de su vida, su mujer. Arantxa del Sol le ha dado muchas cosas, pero ahora le ha dado una estupenda lección vital: siempre hay que estar dispuesto a aceptar todos los retos que vengan; aunque estos impliquen cambiar los toros por los 'cupcakes'.