La llamada mas difícil de Antonio Matos, el viudo de Caritina Goyanes, tras su repentina muerte

Antonio Matos fue quien acompañó a Caritina Goyanes hasta el centro hospitalario después de que esta comenzase a encontrarse mal

JC
José Confuso

Director digital de Lecturas

Antonio Matos

Antonio Matos, viudo de Caritina Goyanes

Gtres

Fue Caritina quien tuvo que transmitir la noticia del fallecimiento de su padre, Carlos Goyanes. La hija del empresario se encontraba pasando unos días en la casa familiar de Marbella. Su madre, Cari Lapique, había viajado a Mallorca para acompañar a su hermana Miriam. Siempre muy unidas, era habitual que estuviesen en permanente contacto. Nadie podía imaginar lo que iba a ocurrir en las siguientes horas.

Carlos Goyanes se acostaba para descansar. El productor había sido sometido a una intervención de corazón de la que se había recuperado bien. Gozaba de buena salud y no había tenido achaques. Su hija Caritina, tal y como narraba la periodista Paloma Barrientos, fue a despertarle pero ya no pudo hacer nada por su vida. A los 76 años, el hijo de Manuel Goyanes había fallecido. Su mujer se encontraba de viaje.

Tuvo que ser Caritina quien transmitió la terrible noticia. Un golpe del que no había logrado recuperarse. La hija de Carlos Goyanes estaba muy unida a su padre. Eran uña y carne y siempre habían estado juntos. Nadie podía pensar en solo veinte días después la hija mayor de Goyanes también perdería la vida de forma repentina.

La llamada más difícil de Antonio Matos, marido de Caritina Goyanes

La hija de Carlos Goyanes se encontraba en la piscina en la casa de sus padres en Marbella. Pasaba allí las vacaciones junto a su marido y sus hijos. Era su lugar favorito, el paraíso al que siempre se escapaba. Fue entonces cuando comenzó a encontrarse mal. Caritina ya había tenido dos mareos en los días anteriores pero se achacó al calor y las altas temperaturas.

Antonio Matos, su marido, estaba con ella. También sus hijos. Pidieron auxilio al personal de la cafetería de la urbanización donde se encuentra la casa y acudieron de urgencia al hospital de Estepona. El hijo mayor de Caritina, ya de 14 años, quiso acompañarles pero le dejaron al cargo de su hermana en casa. Fue Antonio quien estuvo con Caritina en esos terribles momentos. El equipo médico no podía hacer nada para salvar su vida.

Fue su marido quien tuvo que avisar a la familia de Caritina. Los Goyanes habían perdido al patriarca solo dos semanas antes. Cari Lapique, su viuda, se encontraba destrozada. Tanto que había decidido marcharse de nuevo con su hermana Miriam. Estar en la casa que compartió con su marido era demasiado duro para ella. De nuevo, la desgracia encontraba a Cari fuera de Marbella.

El dolor indescriptible de Antonio, viudo de Caritina

Las imágenes de Antonio Matos en el último adiós de Caritina rompen el alma. El viudo de la empresaria se abrazaba a su cuñada, Carla Goyanes, y rompía a llorar. Solo veinticuatro horas después debía regresar a Madrid para el funeral. La hija de Carlos Goyanes descansa ya en el cementerio de San Isidro junto a su las cenizas de su padre. Es el panteón familiar de los Goyanes.

Antonio se queda al cargo de los dos hijos del matrimonio. Con solo 14 y 11 años, los pequeños lloran la pérdida de su madre. Con mucha entereza, acudían al tanatorio en Madrid para velar a su madre. Allí se abrazaban a sus primos y a los amigos que acompañaban a su padre. La imagen era desoladora. Nadie está preparado para una pérdida tan repentina y tan joven.

Ahora, la familia de Caritina intenta recuperarse y reconstruirse. Los golpes han sido muchos en los últimos tiempos y no será sencilla. Los Goyanes se enfrenta a un triple duelo. Además de Carlos Goyanes y de su hija, también Tino, hermano del empresario, fallecía en las últimas semanas.

Carla Goyanes se despide de su hermana

Rota de dolor, Carla Goyanes escribía una carta pública a su hermana poco después de darle su último adiós. Lógicamente afectada, para la hija de Cari Lapique es un revés que no podrá superar. “Nos faltaba mucho por hacer. Todavía no me creo que no vayamos a hablar más, ni abrazarnos, ni consolarnos, ni disfrutar más de la vida juntas con nuestros hijos. No más risas, no más discusiones, no más bailes, no más viajes, no más cumpleaños”.

“Eras única e irrepetible, la más generosa, divertida, curranta, disfrutona, con una fe que siempre he envidiado y te ha hecho ser muy feliz los últimos años de tu vida”, consignaba en su cuenta de instagram. "No conozco a nadie con más amigas que tu , algunas como hermanas. Has sido una madre entregada, una hija super pendiente de tus padres y aunque seamos totalmente distintas eres la mejor hermana que he podido tener”.

Y terminaba con una promesa en firme: “Hace unos días me decías que no te creías que todo eso era por papá y ahora yo no puedo creerme yo que sea por ti. Ten por seguro que voy a ser muy fuerte y voy a cuidar a tus hijos todo lo que me dejen como si fueran míos, voy a cuidar a mamá por las dos y voy a cuidar a Matos porque sé cuanto le querías. Verás crecer desde el cielo a tus hijos y vas a estar muy orgullosa de ellos. DEP Te quiero Cari”.