Letizia protagoniza un sonoro traspiés en su visita a República Dominicana

La reina quiso hacer gala de su buena forma física pero el terreno le jugó una mala pasada...

Actualizado a 22 de mayo de 2018, 10:50

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No gana para disgustos. Tras las muchísimas reacciones internacionales que generó el encontronazo entre las reinas Letizia y Sofía en Palma de Mallorca, Casa Real se ha esforzado en ir acercando posiciones en público. Gestos muy significativos para tratar de pasar página en uno de los capítulos más polémicos de los últimos tiempos. Con todo, parece que la 'mala suerte' no acaba de marcharse. La monarca, que se encuentra de visita en República Dominicana, ha protagonizado uno de esos momentos en los que casi, casi, termina perdiendo el equilibrio...

No es lo que se dice 'llegar y besar el santo'. La reina Letizia ha empezado con mal pie su visita a República Dominicana. Se trata del primer viaje oficial después de que la imagen de la monarca quedase seriamente dañada tras el rifirrafe con la reina Sofía a las puertas de la catedral de Palma. La tensa relación entre ambas reinas copó no solo las portadas de los medios nacionales, sino también de casi todos los periódicos y televisiones del mundo.

Letizia, eso sí, ha tratado de superar el bache lo antes posible, tanto a nivel personal -ha protagonizado numerosos encuentros de lo más cariñosos con la reina Sofía- como profesional. Su visita a República Dominicana así lo evidencia. La reina ha despertado alguna que otra polémica debido a la fuerte presencia de seguridad a su alrededor pero se ha mostrado muy cercana con todos aquellos que se hacen acercado hasta ella.

Una de sus paradas ha tenido lugar en un proyecto para distribuir agua potable en Monte Plata. Allí, la reina se ha encontrado con un obstáculo que no esperaba. Literalmente, de hecho. Mientras trataba de avanzar sin pisar el barro, Letizia ha querido dar un saltito en una piedra sin pensar que podría haber terminado besando el suelo. Por suerte, su agilidad y la rapidez de movimientos han impedido que ocurriese. ¡Menos mal!

El problema es que, en la era de los móviles, siempre hay alguien dispuesto a grabarlo todo...

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