Letizia deslumbra a Carlos III: su invitada favorita en la recepción de Buckingham, por Pilar Eyre

Brutal el impacto de Letizia en la coronación de Carlos III. Cuando en la recepción del viernes se detuvo en la entrada de Buckingham, enfundada en su traje de Victoria Beckham, confeccionado con una seda tan sutil que modelaba su pecho y derrière de una forma tremendamente sexy, hasta los ujieres contuvieron la respiración mientras los fotógrafos se volvían locos disparando sus cámaras. Maquillada con sombras verdes en los párpados, lo que resaltaba el color de sus ojos, un ‘contouring’ que afinaba la punta de su nariz y acentuaba sus pómulos, los labios cuidadosamente perfilados algo por encima de su línea natural, exhibía un rostro jugoso y sofisticado, enmarcado por su espectacular melena. Oscura y brillante, con algunas mechas canosas que le prestaban elegancia y un punto de moderno esnobismo. Segura de sí misma y del efecto que estaba causando, dejaba caer la cabeza hacia el hombro para que se vieran sus pendientes de zafiros y brillantes, sonreía mirando a un lado y a otro, tan derecha que parecía incluso alta. Fascinados, los fotógrafos no la dejaban irse, solo se oían los clic clic furiosos, y tuvo que ser Felipe el que le indicara el camino con un gesto simpático. “La reina Letizia deslumbró desde el momento en que bajó del coche, estaba radiante”. “Me encantan los complementos en azul marino y su traje era la perfección total”. “Es mi favorita ¡ese color fue hecho para ella!” “Solo Kate está a su altura”, son algunos de los elogios que le dedicaron las expertas en moda británicas. 

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