Este miércoles Ana García Obregón ha sido la invitada de ‘Lazos de sangre’, donde ha hecho un repaso a los momentos más duros de su vida. Y sin duda alguna, el que más ha sido el del cáncer de su hijo, donde se sintió tan sola que en un ocasión tuvo que pedirle un abrazo a su portero.
Álex se empezó a sentir mal y Ana tomó la decisión de ir al hospital y al final resultó que su hijo estaba enfermo de cáncer. “Cuando nos lo dijeron, se me cayó el mundo encima. Estaba yo sola con él. Es muy duro”, contó. En aquel momento se le paró “el tiempo” y se le hizo “todo oscuro”.
Intentó estar fuerte para que su hijo no sufriera. “Mi derrumbé a las 8 de la mañana, cuando llegó su padre [Alessandro Lequio]”, recordó, a pesar de que llevaba desde las 2 de la mañana intentando mantener la compostura. Y después se intentó proteger a sí misma y se centró en su hijo y su familia. “Era como una misión, salvar la vida de mi hijo. No hay otra. Corté. Hablaba con mis hermanas, mis padres, hermanos y nada más”.
Pero lo peor estaba por venir y lo hizo sola. “Recuerdo especialmente seis meses muy duros. 90 días de hospital, sesiones de quimio de 10 horas, tres días seguidos... y yo sola. Y en una ciudad que es una locura”, recordó.