A las peñas, puñaladas. O mejor: amigos, mar e Ibiza. La opción que ha elegido Laura Matamoros. Con la particular tormenta familiar que la persigue, con su padre Kiko organizando su boda con Makoke y la salida a la luz de su ruptura hace un mes con Miguel, su hasta ahora novio, a Laura lo que le pide el cuerpo es viajar y estar rodeada de personas y cosas que le produzcan buenas vibraciones.
Laura está en el momento de poner el contador a cero y vivir la experimentar las cosas buenas de la vida intensamente. Ni novios ni complicaciones, solo ganas de comerse el mundo. Para ello se ha ido hasta las islas pitiusas a inaugurar el verano, y ya la hemos podido ver en bikini, luciendo su estupendo físico.
Los malos momentos y las preocupaciones pesan menos desde allí, mimada por sus amigos, y la hemos visto sonreír y relajada, quizás como nunca antes la habíamos visto.