Laura Matamoros este año forma parte del reto aventurero que propone Land Rover. Es la primera vez que se enfrenta a este desafío, y, aunque reconoce que le da un poco de miedo, creemos que tiene más miedo a las preguntas relacionadas con su familia…
La ganadora de la última edición de GH VIP se ha mostrado muy reticente a hablar sobre su vida privada, algo que no ha sentado nada de bien a los compañeros periodistas invitados al evento. Y es que en el photocall se mostraba hermética, mientras que con las exclusivas que ha dado sí que ha hablado sin filtros.
De los titulares que ha dejado Laura en la presentación de esta aventura, podemos destacar dos: uno, la reconciliación con su padre está de camino y dos, tras su ruptura con Miguel Maristany está fenomenal.
“¿Una reconciliación con mi padre? La habrá”, contestaba categórica, y además aseguraba que no ha pensado lo de pasar a llamarse Laura Flores. “Yo soy Matamoros, y Diego también es Matamoros, nadie se cambia el apellido”. El tema del enlace, de momento, parece no tenerlo tan claro. Su padre y Makoke se casan el próximo 13 de septiembre y ella aún no sabe qué hará. “Todavía queda mucho para la boda, es en septiembre… a saber qué pasa hasta entonces. Yo también tengo mis planes. La invitación me llegó en su día, que fue una llamada por teléfono”. El deseo de Kiko era que su hija ejerciera de madrina ese día. Laura, no queda tanto para septiembre, dos meses escasos, y con lo mona que te gusta ir siempre, ya deberías de ir eligiendo modelito… no queda tanto.
Sobre su ruptura con su chico, que tuvo lugar hace escasas semanas, asegura encontrarse muy bien, ya que aun mantiene con Miguel.