Hasta la fecha, estamos ante la foto más natural de Laura Matamoros. De ella nos gusta todo, desde la comodidad de la indumentaria, unas braguitas de algodón y una camiseta anudada en la cintura, hasta la pose. Un rayo de sol inunda el dormitorio de la joven y convierte en protagonista a su tripa de embarazada, que crece redonda y preciosa a cada semana que pasa.
Laura siempre ha hecho de la naturalidad su fuerte. Lo hemos visto en su paso por los dos realities en los que ha participado, así como en sus looks o los vídeos que sube a sus canales (en Youtube y Mtmad). Huye de los encorsetamientos y prefiere mostrarse sin trampa ni cartón. Esta es una de sus cualidades que trae locos a sus fans, que ven en ella algo así como la anti-influencer, puesto que en el grueso de sus compañeros de profesión abundan las imposturas. Con ella se pueden identificar.
Aún con todo y con eso, esta foto pre-mamá resulta especialmente espontánea, aunque es probable que tenga más trabajo detrás que un plato de alta cocina. Se trata de la primera imagen luciendo tripa de embarazada propiamente dicha de todas sus redes, donde, hasta ahora, posaba con sus habituales estilismos cómodos, relajados y amplios. Aún así, no ha querido retratarse como la típica embarazada que se sujeta la barriga y la contempla con veneración, no, parece que ha sido ‘pillada’ desprevenida esta misma mañana nada más levantarse de cama, estirándose y desperezándose. Y ahí, asomando, el prodigio de la naturaleza, la vida que crece dentro de ella.
La hija de Kiko Matamoros está teniendo un embarazo movidito. No para de acudir a eventos, el último celebrado anoche y que tuvo a una marca de complementos como protagonista, se ha lanzado como vlogger, no sin ciertas complicaciones al principio, y, además, no para de viajar. Hace poco estuvo en Londres con su chico, Benji, al que mostró sus rincones preferidos de esta ciudad que la acogió algunos años atrás.