La cuenta atrás para 'Supervivientes 2024' ha comenzado. El próximo mes de marzo, un grupo de 16 famosos pondrá rumbo a Honduras para dar comienzo a una de las aventuras más duras e intensas de su vida, y para recibirlos en los Cayos Cochinos estará Laura Madrueño (37 años).
Dado el éxito de su debut, la presentadora de Mediaset repite experiencia por segundo año consecutivo y antes de hacer las maletas para poner rumbo a El Caribe, Laura ha disfrutado de un viaje de ensueño al Polo Norte con su marido, Álvaro Puerto, y sus padres. Auroras Boreales, avistamiento de ballenas, barbacoa en el hielo, paseos en trineo, sauna... ¡No le ha faltado de nada!. "Hoy he cumplido uno de los sueños de mi vida: navegar por el polo norte avistando ballenas y auroras boreales", escribía la presentadora junto a una batería de imágenes que refleja lo feliz que ha sido a lo largo de estos días rodeada de nieve.
Pero de entre todo lo que ha vivido si hay algo que le dejó con la boca abierta fue ver en primera persona la belleza de las auroras boreales: "La magia existe en el cielo del Polo Norte. Nunca olvidaré el momento en el me pareció ver una nube diferente, que, con algo de imaginación, parecía coloreada, y decidí parar el coche. Nuestros gritos de incredulidad rompieron el vasto silencio de aquel paisaje blanco".
Laura Madrueño se prepara para su inminente vuelta a Honduras
Por segundo año consecutivo, Laura Madrueño conducirá 'Supervivientes' desde Honduras. Mucho más segura de sí misma y consciente de que cuenta con el apoyo incondicional del equipo y del público, la presentadora no ve el momento de volver a los Cayos Cochinos, un rincón de El Caribe que ya siente como suyo.
Ha sido durante este viaje inolvidable al Polo Norte que la presentadora, que durante estos meses ha formado parte del plantel de colaboradores de 'TardeAR', ha confirmado que vuelve a casa con las pilas cargadas para afrontar el que es un auténtico regalo a nivel profesional. "Probablemente, lo que más he echado de menos en 2023 ha sido ver nevar. Gracias familia por este viaje de despedida al Polo Norte antes de volver a Honduras", concluía.
A pesar de la crudeza que supone un enclave húmedo y caluroso como Honduras, Laura no cambiaría absolutamente nada de lo que vivió allí. "Ha sido una de las mejores experiencias de mi vida", aseguraba hace un año cuando apagó las luces de la Palapa.