Alba Carrillo tiene varios frentes abiertos, si a ello le sumamos que aún le queda un juicio pendiente con Feliciano en relación con la separación de bienes, que su abogada Teresa Bueyes ha decidido dejar de representarla, que un hacker le ha borrado de su cuenta de Instagram las fotos de su pareja, David Vallespín, generando rumores de ruptura y que se ha ido a Miami para disfrutar de un crucero Disney y han tenido que volverse por la amenaza del huracán Irma, no es de extrañar que ahora mismo no se encuentre del todo bien.
Pero no es por estos últimos acontecimientos por los que Alba ha tenido que volver a la clínica López Ibor. Se trata de un hospital psiquiátrico al que ella pidió ayuda cuando su relación con Feliciano López empezó a hacer aguas. Entonces estuvo ingresada un día y prefirió seguir el tratamiento de manera ambulatoria para no crear revuelo mediático en torno a la clínica.
Hoy en día, aún no se ha recuperado del todo, o al menos no ha sido dada de alta. Alba continúa acudiendo a las visitas con su médico y sigue con el tratamiento pautado. Hace ya más de año y medio que comenzó. Pero no parece tanto tiempo si se tiene en cuenta que han sido más de 18 meses de subidas y bajadas emocionales llenas de momentos intensos en su vida.
Ahora, su parcela de tranquilidad e ilusión es su novio, David Vallespín, que le acompañó a esta visita médica y le arregló el parachoques trasero del coche que llevaba colgando por algún percance al volante. Llevan juntos desde enero y cuando Alba habla de él se le iluminan los ojos. Nada de ruptura, la pareja está feliz y ya conoce a las respectivas familias.