No se habrán dado cuenta que, en menos de una exhalación, la pretemporada de fútbol les habrá alcanzado y a Leo Messi le tocará concentrarse con su equipo, el F.C. Barcelona. Aún con la resaca de su espectacular boda en Rosario, el jugador y Antonella Roccuzzo han hecho las maletas y se han plantado en un paraíso caribeño. El lugar elegido para su luna de miel ha sido Antigua y Barbuda, una de las islas que forman las Antillas, conocida como "la isla de las 365 playas".
Si su enlace ya fue especial, este viaje de novios no lo iba a ser menos. Leo y Antonella han dejado claro todo lo que necesitan para que sea perfecta: la tranquilidad frente al mar, fuera del alcance de ojos curiosos, y compartir su amor con las personitas que más quieren en el mundo y su mayor éxito en la vida, sus hijos Thiago y Mateo. Podrían haber diseñado un viaje para dedicarse tiempo como pareja y dar rienda suelta a la pasión y a la felicidad de haberse convertido en marido y mujer. Sin embargo, han preferido convertir sus primeros días de casados en unas vacaciones familiares. Y a todo lujo.
A diferencia de Gerard Piqué y Shakira, que elegían escaparse recientemente a un exclusivo resort en Las Bahamas, Leo y Antonella valoran más la privacidad. Los de Rosario se encuentran alojados en una espectacular y moderna villa a pie de playa, en el hotel Jumby Bay, una de las zonas más caras de la isla de Antigua y Barbuda donde se concentran preciosas y prohibitivas mansiones con todo lo necesario para vivir unas vacaciones a cuerpo de rey.
Roccuzzo ha fotografiado a sus hijos disfrutando de un baño en la piscina privada al anochecer, mientras que Messi ha compartido un momento muy familiar después de la comida. En la imagen aparece la familia al completo, mientras el hijo mayor de la pareja juega con su tablet, el mayor mira embelesado a su papá. De momento, el buen tiempo no acompaña a los recién casados y a su familia, pero en breve pondrán rumbo a Barcelona, y tendrán unas semanas más para disfrutar del asueto estival y del sol.