Las claves que hacen sospechar que Kiko Matamoros podría volver a 'Sálvame'

El marido de Makoke está agotado y ha decidido alejarse del programa en el que trabaja

Kiko Matamoros ha decidido ser sincero. El colaborador se sentó por última vez en el plató de ‘Sálvame’ este sábado donde, en la edición ‘Deluxe’ del formato quiso contar las causas de su situación actual.

Agotado, cansado de ir a trabajar sin ilusión, decepcionado… fueron sólo algunos de los adjetivos con los que Matamoros definió cómo se encontraba. Parece que el ritmo frenético del programa, en el que los colaboradores se han convertido en protagonistas y expertos en lavar sus trapos sucios en público, ha pasado una muy cara factura al hermano de Coto, que no ha dudado en asegurar que siente como se han radicalizado.

El padre de Laura y Diego fue sincero entorno a su situación económica; con una enorme deuda con Hacienda, la situación de Kiko es tan dura en el programa que el sacrificio que hace para ir a trabajar no le compensa, ni aunque le subieran el sueldo.

Aunque es una situación muy complicada, lo cierto es que Kiko no es el primer colaborador que abandona el barco capitaneado por Jorge Javier Vázquez. Belén Esteban, Mila Ximénez o Kiko Hernández son otros de los tertulianos que en algún momento se han visto sobrepasados por la exposición mediática y se han dado un tiempo de reflexión, habiendo vuelto siempre con energías renovadas al plató que, tras tantos años, ya consideran su casa.

Abandonar un trabajo nunca es plato de buen gusto pero lo cierto es que hacerlo con `Sálvame´ puede ser una jugada muy rentable. Los periodistas y comentaristas más veteranos del formato se han convertido en pilares imprescindibles y, conscientes de ello, sus entrevistas en el ‘Deluxe’ son ya condición imprescindible para su vuelta cuando así lo deciden.

Kiko Matamoros lleva muchísimos años siendo uno de los rostros más televisivos de la otra cara de la moneda del mundo del corazón por lo que, a pesar de contar con ofertas de trabajo alejado de los focos, no sería de extrañar que, en un tiempo considerable, volviese a dejarse caer por ese mundo en el que tan bien se ha manejado.