Las Campos nos cuentan los secretos de la boda de Kiko y Makoke

Desde lo que se regaló, los ‘trágame tierra’ a los momento más emotivos

¡Menudos días de bodas llevan las Campos! María Teresa y Terelu no se perdieron la boda de Rocío Carrasco, y tampoco faltaron a la de Kiko y Makoke, e igual que hicieron en la primera, adelantando algunos secretos, con la de los rostros de Mediaset han hecho lo mismo.

Terelu ha venido a decir que quemó la noche. María Teresa no quiso ni preguntarle a la hora que se recogió. “¡Ni falta que te importa! A ver si con 51 años le tengo que decir a mi madre cuando me acuesto”, decía de broma la hija. Pero aún así no fue de las últimas en despedirse, pues tal y como ha contado Arancha de Benito, los últimos se marcharon a las cinco y media, seis de la madrugada.

Todos han resumido que fue una ceremonia y una fiesta muy divertida y emocionante. Que las lágrimas afloraron en más de un momento. Una de las que más lloró fue la hija de la pareja, Anita, que ni podía leer en público de la congoja. Algo que encogió el corazón de los allí presentes.

Sabemos que por la noche hizo fresco y las estufas salvaron la vida a más de uno, como ha dicho Terelu. También que hubo tarta, y que los novios, tan detallistas, regalaron a todos unas bonitas pashminas con las que se protegieron del frío de la noche. Para las mujeres, además, se dispusieron manoletinas para las que querían abandonar los tacones, y una especie de tacos para los tacones para evitar que estos se clavasen en el jardín. Un artefacto que dio más de un problema… lo decimos por Belén Rodríguez, que los llevaba puestos cuando pasó al interior del castillo y provocaron que se cayera al suelo y se echara la copa de vino por todo su vestido.

¿Otro detalle? Que Makoke regaló su ramo a su íntima amiga, y que uno de los momentos en los que más se emocionó fue cuando su madre cantó ‘Cucurrucú paloma’ dejando a todos boquiabiertos.

Y una indiscreción que corrió entre las mesas como la pólvora fue que Laura había escrito un mensaje de felicitación a su padre, que no pudo evitar estar algo pensativo durante la ceremonia, quizás echando de menos a los hijos que no habían querido acompañarlo en un día tan señalado