Las 1001 pelucas de John Travolta

Por CONCHI ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS

John, sentimos ser nosotros los que te decimos esto, pero ya no engañas a nadie. Pocos se tragan ya que el pelucón que gastas en eventos y alfombras rojas sea tuyo. A no ser que tu cabellera sea como el Guadiana, que aparece y que desaparece; en ese caso, ya nos callamos…

John Travolta, que siempre presumió de frondosa cabellera, uno de sus principales atractivos en sus primeras películas, ahora tiene que recurrir al uso de postizos y de pelucas, que, lejos de darle un aire natural, no hacen más que acrecentar lo que muchos ya sabemos: que le clarean las ideas.

En ‘Salvajes’, de Oliver Stone, Travolta se animó a dar un paso muy importante. Aparecía al natural, luciendo el escaso pelo que tiene realmente. Parecía que esto marcaría un principio en su carrera, pero nada más lejos. En cuanto tuvo que acudir al festival de San Sebastián a presentar el film, ahí estaban John y su pelucón. Nada había cambiado.

Lo curioso de todo esto es que él sabe lo que es ya un secreto a voces, usa peluquín. Y no le importa lo más mínimo que toda la humanidad lo conozca, por eso no rehúye cuando algún fan le pide una foto en el gimnasio y no lleva postizo. Él se hace el ‘selfie’ de buen agrado, y para la siguiente gala aparece con su pelo negro zaíno. Aquí no ha pasado nada. El actor debe de pensar que, si muchas famosas recurren a extensiones y postizos sin parar, y nadie dice nada, ¿por qué él no va poder sacar su peluquín siempre que la ocasión así lo requiera? Rompemos una lanza a favor de Travolta y de su afición a cambiar de melena como si fuera la ‘Nancy mis peinados divertidos’.