Una psicóloga revela el "trauma" que ha vivido María José Galera por la participación de su hija Laura en 'Gran Hermano'

La emoción fue mayúscula en María José Galera al conocer que Laura formaba parte de los participantes del nuevo 'Gran Hermano', pero lidiar con el concurso de su hija no ha sido la tarea más fácil

Adrián Monterrubio

Redactor de Clara Corazón

Actualizado a 11 de noviembre de 2024, 07:23

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Servida en bandeja como la oportunidad ideal para cerrar el círculo. Así podría acuñarse la participación de la sevillana Laura (20 años) en la decimonovena edición del 'Gran Hermano'. Una temporada de regresos que resultó significar algo más que el retorno del formato de telerrealidad más icónico. También el de uno de los personajes más recordados de su estreno veinticuatro años atrás. María José Galera (54 años), primerísima expulsada de la primerísima edición, y también la madre de Laura. La más pequeña de sus hijas tomó su relevo el pasado 5 de septiembre de 2024 al entrar en la casa de Guadalix, pero no de cualquier modo.

Un vaivén de emociones ocupó a María José desde el inicio de la gala de estreno, a la que se suponía que había sido invitada en calidad de colaboradora. Primera emoción: el enfado. ¿El motivo? Su hija no había sido seleccionada para concursar... O eso creían ellas. En mitad de la gala, el semblante serio e incluso disgustado de la andaluza se convirtió en dicha e incluso lágrimas de alegría al saber la verdad. Laura, que estaba entre el público, sí era concursante. Sorpresa total que significó, también, el inicio de unos meses en los que no todo ha sido de color de rosa. Ni para la madre, ni para la hija.

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Porque mientras que Laura ha terminado por convertirse en una de las grandes protagonistas de entre todos sus compañeros, no siempre ha sido eso por aspectos positivos. Al menos, no a ojos de muchos espectadores, tertulianos de los debates de Telecinco o internautas de las redes sociales, que han criticado sin miramientos su paso por el programa. Y ha sido precisamente a través de las redes donde María José, sobrepasada, ha acabado moviendo ficha en defensa de su hija. Primero emitiendo un comunicado y después poniendo su perfil de Instagram en privado. Una situación límite que tiene explicación psicológica y en el caso de Galera invita también a revisar lo que sucedió hace dos décadas.

Los efectos del concurso de Laura en su madre, según una psicóloga

Para conocer las verdaderas implicaciones de esta montaña rusa emocional en el clan Galera, desde Lecturas.com nos hemos puesto en contacto con Lara Ferreiro, psicóloga, terapeuta de parejas y autora del libro superventas 'Adicta a un gilipollas'. Un caso que, a simple vista para nuestra especialista en la materia, resulta "superinteresante", partiendo de que para María José vivir el concurso de Laura desde el exterior "es una situación muy estresante".

Sobre el comunicado en el que ella denominó las críticas a su hija "como violencia digital", Lara sentencia que es un pronunciamiento "brutal". "Lo va a vivir de una forma muy traumática, porque va a conectar con su propio trauma. Cuando ella participó en la primera edición no había redes sociales y ya se la linchó", pone sobre la mesa la terapeuta.

Lara Ferreiro (@psicologa_laraferreiro)

De acuerdo con las declaraciones de la especialista, es comprensible que intente "autoprotegerse emocionalmente" y "por eso se ha puesto Instagram privado". "Se siente vulnerable, herida", señala Ferreiro, aunque con el matiz pertinente sobre que en este caso se trata de un perfil de "mamá leona". De ahí que "ya no le duele tanto que se metan con ella, sino que se metan con lo que más quiere, que es su hija" y "ahora va a estar con un estado de hipervigilancia, va a segregar muchísimo cortisol, la hormona del estrés".

¿Qué supone todo esto? Lara advierte desde "síntomas físicos de no poder dormir y problemas digestivos" hasta "ansiedad y fobia social, incluso a veces no quieren salir de casa" por "miedo a recibir más críticas y que su hija se dañe emocionalmente"."María José ha animado a Laura a que se meta en 'Gran Hermano' y ahora se siente muy culpable", apunta también nuestra psicóloga, refiriendo también a los "sentimientos de impotencia porque se sienta incapaz de proteger eficazmente a su hija ahora que esto es de dominio público". "Es imparable esa sensación, y como madre cuando no puedes tener bajo control las situaciones puedes encadenar sentimientos de inutilidad y frustración".

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"Agotamiento emocional" y "muchísima rabia", saca en claro Lara del abanico de sensaciones de Galera en este delicado escenario, porque "te parecen comentarios injustos y crueles" al tratarse de su propia hija y "no eres objetiva". "Siempre lo va a intentar justificar", añade Ferreiro, por mucho que exista esa "ambivalencia emocional" por querer "dejarla volar", pues "puede sentir que ha fallado a su hija, que falla como madre por no haberla protegido".

Además, ver a su hija fuera del concurso implicará un fortísimo sentimiento de "derrota" para ambas, porque "ese sueño de ambas acabaría". Eso y las críticas, pues "su hija va a tener que enfrentarse a lo mismo que se enfrentó ella en su momento". Y con todo lo anterior debe María José ser cauta también en lo personal para consigo. Mirar hacia dentro para no correr el riesgo de "perder su identidad personal" ahora que ha regresado a la primera línea.

Los fantasmas del pasado que vuelven a la vida de María José

"Ha vuelto al mundo del espectáculo, de la televisión. Y tiene dos lados. Hay gente que incluso tiene adicción a la fama, que es el síndrome de Eróstrato", explica Lara Ferreiro, detallando que "es cuando -la fama- hace mucho daño, pero no puedes dejar de estar ahí". Sea como fuere, es verdaderamente llamativo esta relación directa con los traumas pasados de la madre de Laura. A fin de cuentas, nadie mejor que ella conoce los entresijos del formato y todo lo que pasar por él supone. No en vano formó parte ella de la edición más vista de la historia en España, pero con la notoriedad vino también un gran dolor. "Estaba tachada, etiquetada a nivel social, enjuiciada", sentencia la terapeuta.

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"Va a reactivar todos sus traumas no resueltos, los recuerdos, los sentimientos con críticas. La estigmatización pasada se va a intensificar pro todo lo que está viviendo con su hija. Es como si la historia se repite. La pesadilla vuelve". Tan sencillo como que, de algún modo, estar allí de nuevo después de tanto tiempo aunque sea desde el otro lado hurga en su "herida emocional".

Herida que data del año 2000 y que nos sitúan en aquella María José de 30 años que, entre otras cosas, se enamoró perdidamente de Jorge Berrocal. Un romance breve -que terminó de malas maneras con reproches por los platós-, inexorablemente asociado a la mítica frase "¿quién me pone la pierna encima para que no levante cabeza?".

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Al fin y al cabo, un romance joven, como el que este año ha ocupado a su hija Laura con el DJ gaditano Manu Vulcán (22 años), otro de los participantes. Por el momento, un idilio con el que María José se ha mostrado muy conforme, pero que según subraya Ferreiro "lo puede vivir con miedo, con incertidumbre, a ver si va a acabar tan mal como ella acabó con Jorge. Sea como fuere, si hay algo evidente es que "hay muchas similitudes entre madre e hija". De tal palo tal astilla. Con lo bueno y con lo malo, pero siempre contando con el apoyo de la una para la otra.

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