Ahora le ha tocado el turno a Ana María Aldón. Solo 48 horas después de la polémica entrevista que José Ortega Cano le concedió a Ana Rosa Quintana, la diseñadora ha ocupado su lugar como colaboradora de 'Fiesta' este miércoles y ha hecho frente a todas las declaraciones de su todavía marido. El torero admitía con pesar que era consciente de que la madre de su hijo no estaba enamorado de ella, pero a la vez se mostraba con ganas de recuperarla: "Nos comunicamos lo justo, hablamos, pero parece ser que yo no soy del gusto de ella. Me gustaría que me lo dijera", exponía.
Tal y como prometió, Ana María Aldón vio la entrevista en directo, pero lo que era un secreto es que lo hizo frente a una cámara. La colaboradora de 'Fiesta' no tardaba en romper a llorar al escuchar a su marido y recalcaba una y otra vez que su error había sido no haber puesto límites desde el principio. "No voy a pasar por las circunstancias que ya he pasado, no lo voy a permitir. Yo no valgo menos que nadie", manifestaba con dolor.
A diferencia de Ortega Cano, Ana María sigue firme en su decisión de romper su matrimonio: "Lo mejor que puede pasar es que cada uno tomara su camino. Si yo no te he hecho nunca feliz como quieres que esté enamorada…", exponía con las lágrimas brotando de sus ojos confirmando que su amor hacia él es cosa del pasado.
La andaluza, de 44 años, ha querido dejar muy claro que aunque José expresó su desconcierto a la hora de hablar de la situación actual de su matrimonio, según Ana María su marido sabe muy bien lo que ocurre en su casa: "Veo injusto que reaccione así públicamente porque él lo sabe todo (...) Ahora estoy fuerte. Aunque sea una situación complicada estoy fuerte y sabré salir de esta sin hacerle daño. Han tenido que pasar cosas muy feas para que tenga las ideas claras", sentenciaba.
Pero el plato fuerte llegaba justo al final y su polémico "mi semen es de fuerza". El rostro de Ana María Aldón lo decía todo. Tal y como ella misma ha confesado a Emma García, lo vivió como un chiste malo: "Creo que estaba muy nervioso desde el principio. Lo pasé mal". Para la diseñadora todo es "una falta de coherencia entre lo que se dice y lo que se hace (...) Hubo momentos en los que sentí vergüenza y bochorno".