Carlota, su hija arqueóloga, y su refugio familiar: el lado más desconocido de Arturo Pérez Reverte, invitado de 'El Hormiguero'

Arturo Pérez Reverte, invitado a 'El Hormiguero, es uno de los escritores más importantes de nuestro país pero poco se sabe sobre su vida personal

Adrián López
Adrián López

Redactor digital de Lecturas

Arturo Pérez Reverte
GTRES

Arturo Pérez-Reverte (71 años) es sin duda uno de los escritores más importantes de nuestro país. No solo sus numerosos triunfos y trofeos (premio Goya, el Grand Prix de Literatura de Francia, la Gran Cruz del Mérito Naval o la Medalla de Oro de San Telmo de la Fundación Letras del Mar) avalan su talento, también ser miembro de la Real Academia Española desde 2003, sus 21 años como reportero de guerra en los conflictos armados más angustiosos en las décadas de los 70 y 80 y sus más de 40 de novelas, artículos y guiones. Pero a pesar de ser uno de los literatos más representativos de nuestro país (y también controvertido tuitero), el también editor es muy celoso de su intimidad y pocas son las pinceladas que se saben sobre su vida personal. 

Educado en una familia de marinos mercantes, Arturo creció amando todo lo relacionado con el mar, algo que mostró sin duda en la literatura. Su abuelo tenía una gran biblioteca gracias a la cual pudo conocer a algunos de los autores clásicos más importantes de la historia. a cubierto 18 conflictos mundiales (7 de ellos guerras civiles) desde las Malvinas a los Balcanes como corresponsal de guerra, lo que le dio un renombre a nivel mundial. Además es padre de una hija llamada Carlota, nació en Madrid en 1983 fruto del amor de su amor junto a Blanca, una mujer a la conoció mientras estudiaba en la universidad. Licenciada en Historia y Arqueología Marítima y también escritora, colaboró con su progenitor en la creación del 'Capitán Alatriste' y se dedica al mundo del teatro, pero desde muy pequeña heredó la pasión de su padre y de su abuelo por el mundo del mar. "De niña ya jugaba a excavar en el jardín y hacer agujeritos a la búsqueda de cosas. Después comprobé que bucear es una de las experiencias más maravillosas que existen. Y, además, en mi familia, el mar ha sido un elemento muy presente. Así, los dos aspectos se unieron y tuve muy claro a lo que quería dedicarme", dijo en una entrevista en 'ABC' en 2017. "Me encargaba de rastrear documentación, encontré un montón de mapas, y también mi padre me contaba lo que iba a pasar en el siguiente capítulo y yo escribía a mano en un cuaderno que él todavía conserva", contó al citado medio sobre su vinculación a las novelas del famoso 

De hecho, tal es su pasión por el mundo antiguo que en 2021 se convirtió doctora por la Universidad de Cádiz con la tesis 'Arqueología subacuática y participación social. Elaboración de una guía de herramientas para la activación turística del patrimonio cultural marítimo y subacuático'. Pero no solo eso, Carlota ha reactivado junto a algunos compañeros la creación de un museo submarino en Isla Grosa, una idea presentó la Región de Murcia hace años y que consiste en poder visitar un yacimiento subacuático fenicio del Bajo de la Campana.

La literatura, el refugio de Pérez Reverte tras las guerras

Después de su etapa como corresponsal, Arturo confesó en 'XL Semanal que la guerra y sus terribles consecuencias lo dejaron tocado, motivo por el que decidió ponerse a expresar sus pensamientos letra a letra.  "Volví de una guerra que me dejó un poco raro y decidí escribir. No tenía intención de publicar. Y entre guerra y guerra seguí haciéndolo hasta el 'best seller' internacional que fue 'La tabla de Flandes'. Fue una salida, un futuro. A partir de 'El club Dumas' me lo planteé de una forma profesional. Yo no soy un artista. A mí la musa no me visita, yo salgo a trabajar cada día", dijo en el citado medio. 

El escritor tiene su propio "Fuerte", tal y como él mismo describe, para ponerse a contar sus historias (y sus tuits). Es una casa en la sierra de Madrid, concretamente en La Navata, donde tiene un despacho/biblioteca con miles de libros (más de 32.000). Allí cuenta con un escritorio en el que tiene varios objetos familiares y recuerdos de su vida privada. "Supongo que una cuarta parte no la he leído, y tal vez no llegue a hacerlo nunca. Pero es que una biblioteca, además de memoria y archivo de lo ya leído, es también compañía y proyecto de vida. Nada estimula más que estar rodeado de libros por leer", publicó en su Twitter.