¡Drama! Labrador ha echado, sin miramiento alguno, a una de sus chicas preferidas, la guerrera Jenny. En pleno arranque de rabia, la ha mandado “a su casa”, algo que ella no ha tolerado y se marchado enfurecida del plató.
Todo empezaba por una discusión que se arrastraba del anterior programa. ¡Cuántas trifulcas hay en el dating-show!, al final estos chicos se van a pensar que la vida es eso, salir de un cabreo y meterse en otro más gordo. Les recomendaría que se tomaran una ‘chill-pill’. Y si estáis descolgados del drama anterior, os ponemos un poco en antecedentes. Una de las pretendientas de Labrador recibió las burlas de sus compañeras por sus pies grandes, un tema que también parecía inquietar al tronista. “En toda la cita no he podido parar de mirarle los pies”, dijo el exGandía Shore.
Con las burlas y risas, Labrador notó 'muy subidita' a Jenny, que en su opinión “se lo tiene muy creído”. ¿El qué? Preguntaréis, pues no lo sabemos muy bien… el caso es que ha dado con la horma de su zapato, porque si uno es chulo, la otra lo es más. Y en ese corral parece que solo hay sitio para un gallo, y no consiente que ninguna de sus ‘gallinas’ quieran ser la que más cacarea.
Se han gritado, él le ha dicho que lo único que le importa es lucirse, y ella le ha echado en cara que no le dé citas, que por eso no puede estar al 100% con él. Así que ahí ha tomado la radical decisión de expulsarla. Ella, hecha un basilisco, ha salido y ha intentado tranquilizarse fuera de cámaras. Ha llorado, se ha ofuscado y se sentía impotente.
Los dos son muy parecidos, y, además, sienten de igual manera. El ‘tete’ ha reconocido que ella es muy especial y que le gusta, pero no ha accedido a salir a por ella y pedirle que regresara. Se gusta más a sí mismo.