Susan Schneider, tercera esposa y viuda del actor Robin Williams, ha iniciado una batalla legal contra los hijos del actor, nacidos de anteriores matrimonios, Zak (31), Zelda (25) –en la imagen, al lado de estas líneas, posando con su padre– y Cody (22), por la millonaria herencia, estimada en unos 40 millones de euros, que dejó el protagonista de películas como 'Buenos días, Vietnam' o 'El club de los poetas muertos'. La mujer desea quedarse la casa de 7 millones de dólares (más de 6 millones de euros) que compartieron en Tiburon, Marin Country, al norte de San Francisco, y en la que se suicidó Williams el 11 de agosto del año pasado.
Aunque Susan y Williams firmaron un acuerdo prenupcial –los otros anteriores matrimonios le costaron una fortuna al actor–, la viuda quiere renegociar el testamento de Williams, lo que ha indignado a los tres hijos del cómico fallecido. Según estos, Susan no les dejó acceder a la casa tras la muerte del actor para que no se llevaran objetos de valor. Sí les reconoce que pueden quedarse con los distintos reconocimientos que Williams obtuvo a lo largo de su amplia carrera cinematográfica y televisiva, como Oscar al mejor actor de reparto que ganó por 'El indomable Will Hunting' y los seis Globos de Oro, entre otros.
Susan, por su parte, asegura tener documentos según los cuales 'alguien' entró en la casa tras la trágica muerte del actor y se llevó algunos objetos valiosos. Los hijos consideran que lo que ocurre es que ella no quiere entregárselos y se lamentan que que la última esposa de su padre quiera 'redefinir' la última voluntad del célebre actor.
El suicidio de Robin Williams, a los 63 años, sobrecogió a todo Hollywood y a millones de admiradores en todo el mundo. Tras su muerte, se supo que el actor padecía párkinson, enfermedad que le había sido detectada recientemente y que, al parecer, él no supo asumir.