'La isla de las tentaciones': Gonzalo Montoya, en un ataque de celos por Susana, acaba llorando

"Me da miedo porque ella es muy dependiente de mí", confesó el influencer andaluz.

Gonzalo Montoya

¡Pero cuantísimas sorpresas nos está dando ‘La isla de las tentaciones'! El programa de Telecinco en la que cinco parejas ponen a prueba sus relaciones se ha estrenado este viernes y ha arrancado fuerte. Gonzalo Montoya, que se dio a conocer por su paso por GH 14, tuvo unas palabras muy poco agradables hacia su novia, Susana Molina y a su vez ganadora de la edición del reality en el que surgió el amor entre ellos. Aunque llevan juntos seis años, el sevillano no se cortó ni un pelo a la hora de hablar de su chica e incluso se refirió a ella como “Pokémon”. ¡Pero después la tortilla se dio la vuelta y Gonzalo acabó llorando por celos!

Las primeras horas separados han sido duras para Susana. Nada más llegar a la casa donde se hospeda con el resto de concursantes y solteros que buscan el amor, dijo muy claro que no se encontraba bien y que quería irse a la cama. Es más, al despedirse de Gonzalo lloró, aunque el andaluz no se enteró hasta que una de las solteras con las que convive se lo dijo.

Susana, gonzalo y Katerina

Aunque el influencer sevillano parece muy seguro de sí mismo, al ver “al guaperas de rosa” no pudo reprimir los celos. Susana escogió a Antonio para tener una primera cita y Gonzalo brotó. “El primero que veo que es guapete… y ya rallado”, reconoció su inseguridad ante las cámaras. Después, le tocó elegir a Gonzalo, que se quedó con Katerina, la joven de origen ruso de 21 años de la que se quedó prendado nada más verla.

Antes de tener sus respectivas citas, Gonzalo y Susana charlaron, pero pronto Katerina interrumpió la conversación. Susana intentó poner paz y le sugirió a su chico que se lo pasara bien. La cita, por el momento, no sabemos cómo fue, pero sí hemos visto a Gonzalo muerto de celos. “¿Tú no me conoces a mí? Pues ya está”, le dijo la murciana.

Luego, lloró. “Me da miedo porqe ella es muy dependiente de mí. Lo que más me preocupa es que ella no se adapte y se agobie y yo no esté ahí para intentar cuidarla”, explicó entre lágrimas.