Nuestra Bella, la que anhelaba convertirse en inmortal chupasangre, ha encontrado el amor. Cortaba en octubre con su chica, Alicia Cargile, su asistente personal y Dj. Volvía al mercado de solteras y ya sufríamos por verla de nuevo en busca de una alma gemela que la volviera a ilusionar. Porque la vida de Kristen se convirtió en el cuento de 'Kristen en busca del Amor'. De otoño hasta ahora, entre rumores y tonteos, se le ha relacionado con tres personas, nada menos. Y Kristen parece que lo ha vuelto a encontrar con Soko, una cantante de post-punk de 30 años, 'enfant terrible' de la nueva hornada musical francesa, exhibicionista, que exuda creatividad por todos sus poros y que se ha paseado por los front rows más exclusivos de la Semana de la Moda de París, como el del desfile de Karl Lagerfeld para Chanel, quien considera a Stewart su niña bonita.
Hasta conocer a Soko, el currículum de Kristen ha sido de los que más ríos de tinta ha hecho correr, desde que protagonizó 'Crepúsculo'.
Corría el año 2009. Bella Swan y Edward Cullen se amaban dentro del universo de 'Crepúsculo' y fuera de la pantalla. Todo era maravilloso. Los hombres lobo lo aceptaban. Hasta los adolescentes con caras tristes por no tomar el sol y por escuchar canciones de amor extremadamente deprimentes, suspiraban de felicidad.
Pero Kristen Stewart le fue infiel a Robert Pattinson y todo se truncó. Rob no pudo perdonárselo jamás y en 2013 pusieron fin a su historia y dejaron de ser la pareja más 'chachi' del famoseo internacional. El actor se emparejó rápido y, tras posponer su boda, parece que finalmente se casa este verano con la cantante FKA Twigs.
La actriz de 'Crepúsculo' empezó así un periplo amoroso en el que, con mucha honestidad para con ella, le ha dado tiempo de reconocer y vivir abiertamente su bisexualidad (¡olé por ella!) y donde ha cabido de todo, si contamos los rumores: desde compis de reparto, exconvictos acusados de homicidio involuntario, una asistente personal muy 'indie' con pintas de ser un arma letal humana, y varias cantantes, preciosas como muñecas de porcelana, viva imagen de la modernidad.
Cuando pensábamos que tras no salirle bien su relación con Robert Pattinson y que iba a sufrir el síndrome Jennifer Aniston —basado en que no das una y, durante años, vas de fracaso en fracaso amoroso con el peligro de volverte una rencorosa y una desconfiada (sí, un síndrome devastador), Kristen se prendó de su asistente personal, Alicia Cargie, una chica donde encontró la serenidad, la calidez y el cariño que necesitaba como estrella mundial e icono adolescente. En octubre de 2015, interrumpían su relación y, desde Alicia, Stewart parece que se siente mejor en el terreno amoroso con chicas, pues entre caídas de ojos furtivas dedicadas a artistas de creatividad desbordante y cara de perdona-vidas, quien más le ha convencido ha sido la mezcla de dulzura y descaro de Soko.