Kiko Rivera ha tomado una importante decisión: se someterá a una terapia en Sevilla para poner fin al calvario que sufre tras haber dejado las drogas. Recuperarse de una adicción no es fácil y lo sabe muy bien Kiko Rivera, hasta el punto de haber reconocido que no quiere quedarse solo en casa porque teme volver a caer.
El pasado jueves y dentro de su programa 'En casa con Kiko', su buena amiga Sofía Cristo, que pasó por problemas similares a los de Kiko, le abrió los ojos. Kiko necesita terapia para acabar con ese infierno. "Si mueres, ¿qué le dirá Irene a las niñas?". Esa desgarradora frase dejó muy tocado a Kiko Rivera, tanto, que está dispuesto a hacer caso a su amiga y ponerse en manos de profesionales. Si hay algo por lo que Kiko va a luchar es por Irene Rosales y por sus tres hijos, Francisquito, el hijo que tuvo con Jessica Bueno, y por Ana y Carlota, las hijas que tiene con Irene. Así, Kiko se comprometió con Sofía a acudir al centro de adicciones con el que la hija de Bárbara Rey colabora y que tiene sede en Sevilla.
"Me voy a poner a tope con eso. Yo no estoy mal, pero no vivo tranquilo. Vivo en una incertidumbre de la hostia y tengo que entretenerme yendo al estudio, con mis directos, mi mujer, mis hijos...", dijo Kiko Rivera. En ese sentido, su amiga Sofía Cristo le puede ser de gran apoyo. Ella lleva ocho años limpia, aunque el demonio de las drogas siempre anda por ahí rondando. "Sigo pasándolo mal, pero tengo recursos de sobra para aliviar ese sentimiento. Cuando llevas poco tiempo las ganas de consumir vienen con fuerza", le dijo Sofía.
La charla de Kiko con Sofía seguro que ha sido de gran ayuda para el hijo de Isabel Pantoja. Los últimos meses, concretamente, desde el pasado 2 de agosto, han sido muy duros para Kiko, con la ruptura total con su madre por la herencia que le dejó Paquirri y de la que no ha visto ni un solo euro.