Kiko Rivera, al límite: "Me siento deprimido"

El hijo de Isabel Pantoja estalla en las redes debido a la presión mediática: "No sé si aguantaré mucho más"

Con lo bien que le había ido el 'bolo' en en las fiestas de la Magdalena en Castellón, con dolor terrible de gota incluido, y Kiko Rivera se ha venido abajo. La presión y las críticas han podido con él y ha compartido un mensaje drástico y lleno de desesperanza. No solo le tienen preocupados sus problemas de salud o su tensa relación con su expareja Jessica Bueno, sino que no le han podido aguantar ser el blanco de las críticas tras haber sido pillado recientemente conduciendo (otra vez) sin carnet. Al Dj le retiraban la licencia en 2015, por la acumulación de puntos. En pleno proceso para recuperarlos, Kiko era interceptado circulando sin el permiso de conducir en regla. Para más inri, además, habría sido grabado conduciendo una moto sin casco. Por todo esto (que no es poco), la Fiscalía pide para él hasta un año de prisión.

Con este panorama, lejos de mantener la cabeza fría y preguntarse qué hacer para llevar una vida más apacible y sin problemas, el hijo de la tonadillera ha vertido su ira hacia las personas que le han lanzado críticas furiosas por su conducta y también hacia la prensa. "Hay días que un solo quiere estar en familia con los suyos. Estos indeseables, por no llamarles otra cosa, hace que a veces no tenga ganas de vivir", escribía con desesperanza. Kiko se excusa y asegura que no quiere "dar pena", sino porque "me siento mal, me siento acosado y me siento deprimido, porque lo único que hace es mentir". El hermano de Isa Pantoja no ve claro que todo esto no le vaya a pasar factura: "No sé si aguantaré mucho más, porque hacen que mi vida a veces no sea nada agradable y mira que soy una persona alegre, pero me lo ponen complicado". A pesar de todo, Kiko al final se viene arriba y reta a sus 'enemigos': "¡Aún malo, tenéis que nacer de nuevo para destruirme!".

Después de este mensaje, el Dj compartía una foto en la que dejaba constancia que sus amigos habían acudido para hacer sesión de videojuegos y animarle. ¡Qué fácil es reconfortar a Kiko!