Cuando la semana pasada Kiko Rivera confesó que había sido adicto a las drogas, fue una bomba. Nadie se esperaba que el concursante de GH DÚO pudiera contar en directo semejante intimidad, pero lo hizo. A su lado estaba Irene, la madre de sus hijas, y uno de sus grandes apoyos en este proceso. El otro ha sido su madre, con quien ha tenido un detalle dentro de la casa y no se olvida de ella. En ‘Ya es mediodía’ ha recogido la conversación tan emotiva que tuvieron Julio Ruz y Kiko Rivera, que ha hecho estremecer a la audiencia.
Se recuperó con la ayuda de un médico y el apoyo de su madre y se negó a ir a un centro por el revuelo que se podría haber montado. “Yo me encerré en mi casa y no iba a ningún sitio, más que a recoger a mis hijas al colegio. No quise ir a ningún centro porque sabía que se iba a armar ‘La Marimorena’”, le contó al abogado.
“Cuando a mí me iba económicamente como un tiro, todo el mundo estaba ahí; pero, cuando las cosas empezaron a ponerse mal, es Irene la que ha estado a mi lado en los peores momentos de mi vida. Yo nunca podré agradecerle todo lo que ha hecho por mí. Espero ser el hombre perfecto para ella", ha dicho sobre Irene, a quien ya en la curva de la vida agradeció todo el apoyo que le había brindado. “Y mi madre tiene el cielo ganado, desde hace muchísimo más tiempo”, aclara Kiko que, dice, nunca puede ir solo a la calle. “Tengo ir siempre acompañado”, aclara.
"Fue muy duro y en tiempo récord, yo tenía que trabajar, claro. Mi madre me ha ayudado mucho pero yo tenía que volver a trabajar… En el tiempo que no he estado trabajando a mí me ha ayudado mi madre económicamente”.