Después de años de idas y venidas, Kiko Rivera e Irene Rosales han encontrado en Castilleja de la Cuesta (Sevilla) el lugar ideal donde instalarse definitivamente junto a sus dos hijas. Se trata de un adosado de 140 m2 divididos en tres plantas distribuidos en tres habitaciones, dos baños, cocina, salón y jardín en la que viven de alquiler y que por el momento responde a todas sus necesidades.

Ha sido en el interior de su domicilio donde Kiko Rivera ha creado su propio refugio personal y privado, un lugar donde resguardarse de todas las polémicas que le rodean y, por qué no, de la vida real.