El azote de los famosos, el programa televisivo más ácido del corazón, 'Cazamariposas', ha vuelto a servir la polémica en bandeja de plata y con datos. Esta vez vez han puesto su punto de mira en Kiko Rivera, Anabel Pantoja e Ylenia Padilla. El programa presentado por Nando Escribano y Núria Marín les ha acusado de comprar seguidores en las redes. Vamos, que de los 630.000 'followers' en Instagram de Ylenia, los 211.000 de Kiko y los 361.000 de Anabel, nada de nada. Para probarlo, invitaron a Nil García, experto en redes sociales, que ha demostrado que la cifra de seguidores reales de los tres es realmente "muy bajo".
Kiko y su prima, apenas llegarían al 20% de fans reales y activos, y el resto de cuentas que les estarían siguiendo serían falsas o inactivas. Mejor parada, pero no mucho, estaría Ylenia con un 38% de 'followers' reales. Solo hace falta darse un paseo por las imágenes que comparten en dicha red social para ver la poca interacción que consiguen, la mayoría mensajes dejando publicidad. El mismo comportamiento se observa en las otras comunidades virtuales donde tienen presencia. No son los únicos, evidentemente, pero sí que sus casos son muy paradigmáticos y claros.
¿A qué responde esa práctica tan poco ética de estos tres famosos? Las marcas a las que quieren llegar para que les ofrezcan contratos por ceder su imagen funcionan con números. Les da igual si interactúan o no, lo que ven son los miles de seguidores que tiene sus cuentas y la capacidad de propagar sus mensajes y sus productos. Y eso es muy atractivo para ellas y una fuente de ingresos fácil para ellos. ¿Qué hacer, entonces? Pues comprar seguidores que es lo que parece que han hecho Kiko, Anabel e Ylenia. ¿Seguirán saliendo famosos con una horda de seguidores 'zombies'?