No están siendo semanas fáciles para Kiko Matamoros. El durísimo enfrentamiento que lleva protagonizando con su hijo Diego se ha recrudecido hasta llegar este martes 14 de agosto a un punto sin retorno. Ambos han estado en 'Sálvame', aunque han puesto medios para no coincidir en el mismo espacio. Kiko desde plató y Diego desde la sala de invitados han protagonizado una tremenda bronca que ha desencadenado un conato del Defensor del Pueblo de "contarlo todo. Mi verdad desde que salí de esa casa y lo que ocurrió". El patriarca se refería a los problemas conyugales con Marian Flores y su divorcio.
Kiko no ha podido aguantar los ataques de su hijo, que le ha acusado de sacar rédito económico de su relación. Finalmente, ha saltado con ira incontenible y ha pronunciado las demoledoras palabras que han dejado helados a todos en plató: "No quiero volver a saber nada de ti en la vida. Eres un miserable". El colaborador se ha mostrado muy dolido por el empeño de Diego de "dinamitar mi relación con Laura" y ha sentenciado: "Lo que has hecho con tu hermana es intolerable. No te perdono lo que has hecho a tu hermana y espero que te denuncie".
Kiko se ha ido calentando por momentos hasta que ha amenazado con sentarse en 'Sábado Deluxe' para contarlo todo. Al límite de su paciencia ha advertido: "Voy a contarlo todo. Mi verdad desde que salí de esa casa y lo que ocurrió. Estoy hasta aquí de aguantar provocaciones, humillaciones e insultos". Es tan fuerte lo que guarda con celo de aquella época malísima que atravesó la familia Matamoros que se ha jactado de que "las bombas se van a oír hasta en Portugal".
Sus compañeros estaban helados y conmocionados por las durísimas palabras que estaban cruzando padre e hijo. Esperando que recapacitara, se ha obrado el milagro después de un intermedio de publicidad. Kiko ha templado sus nervios porque una imagen se ha cruzado en su mente: el bienestar de sus hijas.
Finalmente ha reculado y se ha venido abajo entre lágrimas. "He perdido los nervios. No es fácil cuando no paran de lloverte provocaciones, insultos, humillaciones. Mi temperamento tampoco ayuda y a veces es mejor contar hasta 100. Le quiero pedir perdón especialmente a mis hijas. Siento si a mis hijas las he molestado o las he podido preocupar. No voy a decir nada sobre su madre, no tengo nada que ganar y sí mucho que perder porque acabaría arrepintiéndome".