Kiko Matamoros: Crónica y origen de las tensiones con su hija Anita Matamoros

Cuando Kiko Matamoros parece haber encontrado el equilibrio en su vida, la relación con su hija pequeña no remonta. Señalamos los desencuentros que les han llevado a este punto

Collage Kiko y Anita Matamoros

Kiko Matamoros disfruta en estos momentos de unos días de descanso en un paraíso al otro lado del Charco. Lo hace acompañado de la mujer con la que ha encontrado el equilibrio sentimental y vital, Marta López Álamo, quien no se ha separado de su lado en los momentos más complicados a consecuencia de los problemas de salud que ha tenido este año. Se convirtió en su mejor apoyo durante la operación de vejiga del año pasado y de nuevo ha vuelto a dar la talla tras las complicaciones sobrevenidas después de que le hayan extirpado la vesícula. En el apartado sentimental todo parece marchar en la vida de Kiko Matamoros, pero no tanto en el rol con el que más guerras ha tenido que batallar: como padre de unos hijos con un carácter tan fuerte como el suyo.

Los baches de salud que ha superado han traído de manera colateral un pacto de paz con sus hijos mayores. Cuando ha mejorado su relación con Laura, Diego, y las menos mediáticas, Lucía e Irene, fruto de su relación con Marian Flores, se ha deteriorado preocupantemente su trato con Anita, única hija que Kiko tuvo con Makoke.

Hace dos años, Lecturas confirmaba que los colaboradores televisivos se separaban. Sus primeras declaraciones discurrían en términos de 'juego limpio' y respeto mutuo, pero pronto se declararon la guerra. Este punto de inflexión es el que ha acabado marcando especialmente la relación de Kiko y su hija Anita.

El origen del conflicto

Lejos quedan sus visitas a Milán, ciudad italiana donde Anita empezó a cursar sus estudios de Diseño de Moda en el Instituto Marangoni, sus fotos en Instagram donde derrochaban complicidad paterno-filial. En octubre de 2019, Kiko señalaba a Makoke del enfriamiento de la relación con su hija pequeña, raíz de su posicionamiento en el conflicto entre Guti y Arancha de Benito, mejor amiga de Makoke, por sus hijos. "Desde que dije que Arancha de Benito era mala persona me tiene bloqueado Makoke. Y también ha habido una deriva en la relación con mi hija, y esto no te lo voy a perdonar (dirigiéndose a su exmujer)", confesaba el tertuliano entonces.

Que Anita haya tomado partido en las tensiones de sus padres, eligiendo el bando de su madre, es solo una de las idas y venidas entre padre e hija. La otra coyuntura que ha deteriorado su relación es la entrada de Marta López Álamo en la vida de Matamoros. El colaborador televisivo señalaba "un cambio de actitud" en su hija, coincidiendo con los primeros pasos de su relación con la modelo: "Estoy convencido de que hay intereses más allá de hacer 'daño' por simple rencor". Y así hablaba de cómo se olía que la situación no iba a mejorar: "Es una situación muy injusta para mí. Se justifica todo de un lado y del otro nada. (...) Sé la situación por dónde va y cómo va a acabar todo. Y llega un momento que me pregunto: ¿qué he hecho yo? ¿A quién he matado?".

Y en medio de todo, Marta

Su mala relación se ha hecho muy evidente durante la larga estancia de Kiko Matamoros en el hospital a consecuencia de complicaciones tras su operación de vesícula. Durante esos días, Anita también pasó por el quirófano para quitarse las prótesis de los pechos. Ninguno de los dos se mandó mensajes reconfortantes para bajar la tensión, pero el tertuliano, en una entrevista exclusiva en Lecturas, se posicionó a favor de su novia Marta y mandó un mensaje contundente a Anita, después de contar el veto al que habría estado sometiendo a la modelo: "¿Quién es mi hija para vetar a Marta o a cualquiera? Lo único que he intentado es hacer ver a mi hija que está equivocada y que no le voy a consentir esas gilipolleces. No quiero criar tiranos. Me parece una falta de respeto ir por la vida poniendo condiciones a tu padres. Si no te gusta la pareja de tu padre, me parece muy bien, pero no me vas a decir dónde voy o no voy a ir. (...) No voy a ser yo quien se ponga de rodillas. No tengo que pedir perdón a nadie, y mucho menos mi pareja".