Tan solo llevan un mes en el mundo sus hijas y Kiko Hernández ya se ha ganado el título de padre del año. Desde que nacieron, de manera prematura, Abril y Jimena, sus gemelas, él no se ha separado de su lado. Las pequeñas aún permanecen ingresadas en la incubadora ganando peso y poniéndose fuertes, y él no quiere perderse ninguno de sus avances.
Ayer, en el programa especial 2.000 de ‘Sálvame’ una de las mejores amigas de Hernández, Begoña, visitó el plató para contar cómo está viendo al colaborador en esta nueva faceta. Ella lo sabe de primera mano pues ha estado con él en Estados Unidos, donde nacieron las niñas a través de un embarazo subrogado. Según contó, Kiko, con el agobio de los primeros días y de tener a sus pequeñas en la incubadora, ha perdido peso “está más delgado. Ha bajado mucho. Está muchas horas en el hospital y le da mucho trabajo. Las nenas han ido creciendo en la incubadora y ahora pasa entre doce y trece horas en el hospital. Lo lleva muy bien porque está encantado y superfeliz”. Vamos, que para Hernández no existe el sacrificio cuando lo que está en juego es la salud de sus niñas, esas por las que ha luchado tanto, y sigue haciéndolo.
“Está haciendo lo que quería, su deseo, de ser padre y, encima, de dos niñas ¡tiene todo!”, confirmaba Begoña.
Sus compañeros lo están echando mucho de menos, pero saben que Kiko está haciendo realidad su sueño de tener una familia. Una familia que empezó en susto, pero que a él no le achantó, sino que está demostrando, crecido, que ser padre es un rol para el que había nacido.
Esto no quita que el madrileño se haya enfrentado a momentos de miedo, sobre todo al principio. Begoña contaba que su amigo le decía “son muy chiquitinas, ¿cómo les voy a cambiar los pañales?”, con el agobio clásico de los que llegan a la paternidad por primera vez, pero no tiene de qué preocuparse, todo lo hará de maravilla pues ya ha demostrado que tiene madre de padre ¡y de los buenos!