Rocío Martínez, hija de Juan Miguel Martínez y la cantante Karina, se ha casado en Benicassim, Castellón, en una boda que ha tenido sus más y sus menos. Según explicó un confidente al programa 'Socialité', la cantante quiso controlarlo todo, en especial lo que podía salir en los medios, cuando no se ha preocupado de la boda en absoluto. Tampoco ha querido correr con ningún gasto del evento. Al contrario, ha sido Juan Miguel quien ha pagado los fastos de la boda de su hija.
No sabemos si Karina ha intentado comercializar la boda de su hija, algo que no habría sido del agrado de Rocío ni de su padre, Juan Miguel, con quienes Karina ha mantenido siempre unas relaciones llenas de altibajos y peleas.
El año pasado, Juan Miguel estaba en su máximo de popularidad a raíz de su participación en 'Supervivientes'. Karina, mientras tanto, se lamentaba de las muchas veces que le había puesto los cuernos y de los numerosos amigos y amigas que continuamente pasaban por su casa. Tanta descalificación molestó a Rocío, que no dudó en sentarse en 'Sábado Deluxe' para pedirle a su madre que dejara de hablar mal de su padre. Y sobre todo, que dejaran de pelearse.
Karina no desaprovechó la ocasión y a la semana siguiente respondió, muy dolida, a su hija. Incluso llegó a reconocer que entendía que quisiera más a su padre que a ella, puesto que ha sido quien la ha criado. "Yo creo que mi hija Rocío sí que me quiere, su actitud hacia mi es de cariño aunque entiendo que quiera más a su padre porque ha estado más con él", explicó.
El hecho de que la relación con su hija Rocío no fuera todo lo fluida que a ella le hubiera gustado es responsabilidad, según Karina, del peluquero. "Creo que Juan Miguel no facilitó nuestra relación y sí que he echado de menos que mostrara un poco de respecto hacia mí, pasé un embarazo muy malo y un parto difícil. Me diagnosticaron diabetes y me costó mucho recuperar mi peso pero él me decía que tenía que adelgazar más".