Karina (78 años) reapareció en televisión para concursar en ‘GH VIP 8’. Sin embargo, la experiencia en la casa de Guadalix de la Sierra fue demasiado dura para ella y decidió abandonar (aunque antes se enfrentó a la temida curva de la vida). La cantante tenía un proyecto emocionante fuera, uno que le permite contar detalles de su intimidad que hasta entonces desconocíamos la gran mayoría. La cantante ha visitado a Pablo Motos (58 años) y sus hormigas para presentar la obra teatral en la que repasa sus éxitos, 'Yo soy Karina. La mujer tras la cantante'.
La jiennense ha aprovechado su paso por 'El Hormiguero' para dejar constancia de que hay muchas versiones sobre su vida. Tanto la personal como la profesional. En 'Yo soy Karina. La mujer tras la cantante' repasa todas las canciones que algún día cantó, incluso el mítico jingle el bikini amarillo. También honda en su faceta más íntima. Como adelanto, la cantante habló en el programa del que ha sido el momento más duro de su vida.
Karina es y ha sido una de las cantantes más exitosas de nuestro país. Sin embargo, su carrera se frenó de un día para otro. "Un día me dijeron que ya no renovaban a horteritas. Me quedé cortada. Puede ser que sean canciones sencillas y comerciales eso, como dicen los modernos, te lo compro. Pero además, ¿dónde está el baremo de hortera?", ha recordado la cantante. Pablo se ha mostrado muy empático con su invitada. "Entiendo que en aquel momento fue un golpe mortal, durísimo", le ha dicho. "Sí, fue un golpe bajo y no esperado precisamente porque vendía muchos discos", ha contestado Karina. La cantante tiene claro que lo peor que le puede pasar a un cantante es "la indiferencia". "Que te veten, que siempre estén reunidos...", ha explicado.
La jiennense tuvo que hacer frente a esa "llamada que no llega nunca". "A parte de haber de buscado sello, yo creo que ya no la busco, quizá he buscado también justicia. Creo que conmigo se ha hecho un silencio que no sé por qué. Creo que no le he hecho daño a nadie, conscientemente. Si lo he hecho, pido disculpas. He cantado para ser feliz y para hacer feliz a los demás. La felicidad, el estar contento se vende caro. Tenemos mucho peso de pena, impotencia...", ha expuesto.
Lo que Karina aprendió de este complicado momento
Pese a lo difícil de la situación, Karina ha sabido sacar lo mejor de cada momento, incluso de los malos. "Lo he pasado mal, pero he aprendido mucho. He aprendido a ser paciente, a saber perdonar, a buscar la alegría, a sacar lo bueno de lo malo", ha explicado.
Karina quiso acompañar a los mayores en momentos tan complicados como la pandemia. Sigue queriendo concienciar sobre lo importante que es la salud mental, algo que ella misma ha aprendido durante sus momentos más duros. "Es un trabajo no creas que fácil y es diario, es como la gimnasia. Tiene que ser diario para no decaer y caer en depresión cada vez que te dicen: ‘Ya te llamaremos’", ha explicado.
Si pudiera hablar con la Maribel de 16 años no le diría que cambiara nada: "Solo le diría sigue sonriendo con los pies en el suelo y la cabeza en el cielo". "Cuando no tienes muchas salidas, intentas hacer cosas para salir adelante. Me equivoqué. No supe gestionar eso. Si no abro ni las cartas, yo las cosas de la economía no la llevo muy bien. Me dije a mi misma: 'Lo único que tengo que hacer es seguir cantando aunque sea en sitios más pequeños'. No soy una hormiga, soy una cigarra", ha concluido.