Kanye West, el marido de Kim Kardashian, es una sombra que pulula sobre el clan más famoso del mundo. Hay épocas en las que ni se le ve ni se le escucha, pero también las hay, como en las últimas semanas, en las que es capaz de robar el protagonismo a todas las componentes de la familia numerosa más famosa del mundo. Entre la tormenta que ha rodeado al nacimiento de True Thompson –la primera hija de Khloé que llegó al mundo con unos vídeos bajo el brazo que mostraban al mundo las infidelidades de su padre– y la felicidad interminable de la que disfruta Kylie Jenner desde que nació su hija Stormi –con megacelebración de cumpleaños de su padre incluida, para la que alquilaron un parque de atracciones– Kanye ha sacado la patita para disgusto de su mujer, su suegra y sus cuñadas.
El rapero protagonizó un momento de lo más polémico la semana pasada cuando mostró, a través de su cuenta de Twitter, su apoyo al presidente Trump, al que llamó "mi hermano" y del que dijo: "Tenemos la misma energía de dragón. No estoy de acuerdo con todo lo que hace, pero eso es lo que nos hace ser personas individuales. Y tenemos derecho a pensar de forma independiente".Sus tweets tuvieron como consecuencia una oleada de críticas y la pérdida sustancial de una gran cantidad de seguidores en sus redes sociales. La situación fue tan crítica, que el rapero reconoció que le había llamado su mujer, Kim, para pedirle que explicara que no estaba de acuerdo con las políticas del polémico presidente.
La semana de Kanye West no ha terminado aquí. El productor vuelve a estar en primera fila de la noticia por una entrevista que dio a una radio local en la que se abría en canal. En ella, reconoció que se sometió a una liposucción en 2016 y que, como consecuencia de esta, se había vuelto adicto a los opiáceos. "Me sometí a esta cirugía porque no quería que me llamaran "gordo" como a Rob [Kardashian, el hermano de Kim], que en mi boda le hicieron volar a casa antes de que Kim y yo nos casáramos. Me hice la liposucción y me dieron opiáceos y empecé a tomar dos y luego a conducir al trabajo colocado".
Para West, 2016 fue su annus horribilis. En octubre, Kim Kardashian fue víctima de un robo en París en el que unos asaltantes la sorprendieron en un apartamento de la ciudad durante la Semana de la moda y le robaron joyas valoradas en nueve millones de euros. Entre ellas, sus dos anillos de compromiso. Los asaltantes maniataron a Kim a punta de pistola y la dejaron en la bañera. La empresaria pensó que moriría aquella noche. A consecuencia de este incidente, Kanye sufrió una crisis a las pocas semanas, en plena gira de conciertos. Fue ingresado en un centro psiquiátrico y tuvo que cancelar toda la gira. El rapero, que ya está en el estudio preparando un nuevo álbum junto a Kid Cudi y en los últimos tiempos ha roto con su manáger, su representante y sus abogados, ha confesado que sigue en tratamiento tras este ingreso.