Julio Iglesias pierde un juicio contra el Ayuntamiento de un pueblo de Portugal

Un juzgado luso ha desestimado la petición de su representante de exigir el pago de los más de 200.000 euros por un concierto del cantante

Julio Iglesias
GTRES

Los últimos meses no le han ido del todo bien a Julio Iglesias en los tribunales. Si el pasado 11 de julio declaraban que Javier Sánchez Santos era su hijo, ahora el Tribunal Central Administrativo del Norte (TCAN) ha desestimado la petición de su representante de exigir el pago de los más de 200.000 euros al Ayuntamiento de Barcelos por un concierto del cantante.

Los hechos se remontan al año 2004, cuando la Empresa Municipal de Educación y Cultura (EMEC) del municipio contrató a Julio Iglesias para inaugurar el estadio de la ciudad. Entonces, la empresa Golden Concerts, que se encarga de la organización de los eventos del español, pactó que se pagaran 325.000 euros por la actuación.

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Sin embargo, el concierto no cumplió ninguna de las expectativas de los organizadores y la mayor parte de las sillas se quedaron vacías, por lo que Golden Concerts aceptó renegociar los términos. En concreto, en lugar de lo pactado, EMEC tan solo entregó 50.000 euros de manera inmediata y se comprometieron a darles la exclusividad para organizar la fiesta del Año Nuevo.

No obstante, en el año 2012 Golden Concerts les reclamó 130.000 euros más y casi 100.000 por los intereses de impago, por lo que el Ayuntamiento decidió ir a los tribunales. Ahora, el Tribunal Fiscal y Administrativo de Braga ha concluido que el concierto fue “un fiasco” que invalidaba el concierto inicial.

Este es el segundo varapalo judicial que se lleva el cantante desde que el pasado 11 de julio el Juzgado de Primera Instancia número 13 de Valencia sentenciara que Javier Sánchez Santos era su hijo. Tras una larga batalla de más de tres décadas, el hombre de 41 años por fin conseguía lo que más anhelaba: justicia para su madre, María Edite, con quien el cantante tuvo una breve relación de la que nació él. Eso sí, los abogados del intérprete han recurrido la sentencia, por lo que el culebrón va para largo.