Julián Muñoz ha dado un paso al frente al relatar los momentos más polémicos de su vida en los dos episodios de ‘No es la hora de la venganza, es la hora de la verdad’. Un relato durante el que le ha resultado inevitable venirse abajo. El que fuera novio de Isabel Pantoja se ha mostrado contundente, tajante y muy seguro a la hora de dar su versión sobre los hechos. Pero tiene un punto débil que le toca la fibra sensible ante el que no ha podido evitar derrumbarse. Se trata de sus hijas Elia y Eloísa. El exalcalde de Marbella se ha referido a ellas en más de una ocasión, y lo ha hecho para mostrar su arrepentimiento por haberles hecho daño. Julián Muñoz ha asegurado que lo que más le duele de todo lo sucedido es no poder remediar cómo ellas se han sentido y haberse perdido mucho tiempo junto a ellas. Para explicar cómo se siente, ha hecho un relato de lo más sincero y desgarrador.
Lo primero que ha hecho Julián Muñoz ha sido mostrar su pesar por no haber ido a ver a las hijas que tiene en común con Mayte Zaldívar durante su primer permiso penitenciario y por haber ido a verlas solo unos minutos en el siguiente. Al contar cómo fue su primer permiso, sobre el que ha reprochado a Isabel Pantoja que no fuera a buscarle a la salida de la cárcel, ha reconocido que “no fui a ver a mis hijas. Ese tema sí me duele. No vivían lejos de La Pera. No tengo explicación. Sí, sí la tengo. Descerebrado total. ¿Dónde demonios se me fueron los sentimientos? Joder, todavía tengo eso en la mochila”. En aquella primera salida de la cárcel estuvo junto a su por entonces novia y todas las personas que rodeaban a la arista, pero no hizo ni el intento de reencontrarse con Elia y Eloísa. Sobre el siguiente permiso ha contado que “el segundo permiso prácticamente igual. El último día fui a ver a mis hijas y estuve quince minutos”.
Julián Muñoz, después de este comportamiento del que se ha mostrado arrepentido, ha asegurado que su segunda vez en prisión marcó una antes y un después a la hora de valorar a su familia. “Cuando estoy en la cárcel por segunda vez pongo en valor lo que quiero a mi familia, lo mal que me porté, cómo pude perder ese sentimiento de paternidad. No te olvides que yo dejé a mis hijas tiradas”, ha dicho resignado. Tanto es así que ahora “me gustaría volver al año 2002 y empezar desde ahí. Ejercer de padre y abuelo”. Unas palabras que ha acompañado de un grito desgarrador al comentar que “joder, lo que me he perdido, que además no se puede recuperar”.
Si hay algo que todavía hoy tiene Julián Muñoz en sus pensamientos es cómo evitar el sufrimiento de sus hijas. “No sé cómo hacerlo. Me gustaría convertirme en un beso, en dos, y pegarme a ellas permanentemente. No sé cómo hacerlo. No sé cómo llegar al fondo de su alma para, no que me crean que sé que me creen, para que olvidaran esos momentos. Pero eso no se puede olvidar”. Orgulloso y agradecido con Elia y Eloísa ha comentado de ellas muy emocionado que “tengo unas hijas que todo lo que hago les parece bien. Y si me llaman la atención es con tantísimo afecto y tan bien dicho, que quiero estar con ellas toda la vida".