Juana Acosta habla del duro infierno que vivió en Colombia

Asesinaron a su padre cuando ella tenía 16 años y a su hermano lo secuestraron durante diez meses

El programa 'Mi casa es la vuestra' viajó a Bilbao donde las protagonistas de la película 'Ola de crímenes' presentaron el último filme de Gracia Quejereta. Juana Acosta, la 'mala lista' de esta comedia, abrió su corazón a Bertín y relató el duro infierno que vivó en la Colombia de los años 90, cuando los cárteles de Cali y Medellín libraban una guerra contra la población y contra el gobierno.

Nacida en Cali, Juana Acosta se graduó en el colegio en 1994, estuvo un año estudiando inglés en EE UU, después se fue a Bogotá y en 1997 llegó a España, donde aterrizó, según cuenta, "muy dolida con su país" por todo lo que tuvo que vivir por culpa del narcoterrorismo. "En los años 90 había ese enfrentamiento entre los cárteles de Cali y el de Medellín y el de los cárteles y el gobierno. Fueron años muy duros, la vida no valía nada, estallaban bombas. Delante de mi casa había una farmacia, que allí se llaman droguerías, que explotaban en todo Colombia, y teníamos miedo de comer en el salón porque teníamos unos ventanales que nos podían estallar y nos podíamos cortar".

Juana y su familia fueron víctimas del narcoterrorismo. "A mi padre lo asesinaron cuando yo tenía 16 años. Después, tenía yo 22 años y la guerrilla secuestró a uno de mis hermanos, en una cosa que se llamaba 'la pesca milagrosa' y era que agarraban en la carretera al primero que pasaba. No es que estuvieran buscando a mi hermano para secuestrarlo. Él iba con su mujer y su hijo pequeño y se los llevaron a los tres al monte. Luego allí vieron que el niño era muy pequeño y soltaron a mi cuñada y a mi sobrino, pero a mi hermano lo tuvieron diez meses secuestrado. Fue duro. Cuando volvió tenía una barba larguísima. Fue horroroso para todos".

Fueron años terribles para la familia. "Nunca supimos quién asesinó a mi padre. Apareció muerto, había varias versiones de lo que pudo haber pasado, pero tampoco nos pusimos a indagar demasiado. Yo siempre digo que mi infancia fue muy feliz, pero cuando llegó esa época es como si yo hubiera vivido en una burbujita y, de repente, la pincharon y caí duro al suelo. Fue como un hola qué tal, esta es la vida y bienvenida".