Pese a que en ‘MasterChef Celebrity 2’, cuando Samantha preguntó a Juan Betancourt si tenía novia contestó que no, sabemos que dijo un pequeño embuste. ¡Juan, no se puede empezar un concurso creando falsas esperanzas a la audiencia! Lo cierto es que es, como se lleva comentando desde hace meses, el modelo está muy ilusionado con una famosa compañera de profesión, Rocío Crusset. La pareja ha escogido el cumpleaños de él para 'reconfirmar' el romance.
Tras haber viajado juntos y haber pasado un verano inolvidable en el que han dejado adivinar que lo suyo seguía viento en popa, con septiembre ha llegado el ‘cumple’ de Juan y su chica ha tenido algunos detallitos (detallazos, más bien) con él.
La noche del jueves, la pareja la aprovechó para salir de cenita romántica. Ahora que Betancourt es todo un ‘cocinillas’ gracias a su paso por el talent de TVE, apreciará mucho más el trabajo de los maestros de los fogones. Ir a comer con él tiene que ser toda una experiencia, mucho más allá de lo evidente… Ella publicó fotito, él también. Corazones, muchos corazones. Y Samantha en su casa pensando, ¿pero por qué este chico me diría que no tiene pareja cuando está más que ennoviado? Lo pensó ella, y lo pensó toda la audiencia de MasterChef Celebrity.
Y tras ponerse hasta arriba, tocaba abrir regalos. Juan seguro que se derritió con los presentes que había comprado su chica para él. El primero fue una consola, que entretenida es un rato y puede dar mucho juego en la pareja, pero estamos convencidos que lo que de verdad le llegó al corazón fue la taza que la hija de Mariló Montero le había regalado. Se trataría de un objeto, en principio, pensado para obsequiárselo a su padre, Carlos Herrera, porque en él se lee “tú eres mi papi”, pero cuando una tiene un novio cubano, también tiene ‘otro papi’. En Latinoamérica, es habitual llamar de esta manera tan cariñosa a tu pareja. Nada de “cari”, ni “cosi”, ni “chiqui”. A juzgar por la tacita de marras, en la intimidad, ellos son papi y mami. ¿Es o no es como para derretirse vivo?