José Antonio León ha vivido uno de sus peores momentos profesionales en 'Sálvame'. El reportero, tras más de 50 días teletrabajando, ha vuelto a salir a pie de calle y se ha mostrado de lo más indignado por la imprudencia que muestran algunas personas por el coronavirus. Tanto es así, que no ha dudado en abroncar a una mujer en pleno directo por no mantener la distancia de seguridad: "Es alucinante, a la gente le da igual", ha asegurado con lágrimas en los ojos.
Tras este suceso, el periodista se ha tenido que enfrentar a todo tipo de críticas en redes sociales y no ha dudado ni un momento en defender tanto a su equipo de trabajo como a él mismo: "Los periodistas nos quitamos la mascarilla con todas las precauciones. Cambiamos de micro y de esponjillas, tanto las personales como las que utilizamos con la gente. De ignorantes está el mundo lleno y no nos influye. Menuda vida triste que tienen algunos", ha estallado públicamente en su perfil oficial de Instagram.
Además, ha tachado de 'becerros' a todas esas personas que no han dejado de enviarle mensajes ofensivos en los últimos días: "Quiero decirle una cosita a todos los becerros que me escriben por privado para decirme que el primero que tengo que dar ejemplo en los directos soy yo porque salgo sin mascarilla... Antes de tocar la mascarilla y quitármela llevo un gel de medio litro, tanto para coger el móvil, el micro, los cascos. Con la mano derecha, que no la utilizo para nada, me la quito de una oreja para que se quede colgando precisamente para que cuando termine el directo me la vuelva a poner de la manera más fácil posible", ha continuado explicando.
También, ha explicado con pelos y señales que tanto los que están delante de las cámaras como los que están detrás cumplen a rajatabla todas las medidas de prevención: "No puedo hablar al micro con la mascarilla puesta porque no se entienden la mitad de las cosas, ni se oye y se pierde audición. Simplemente para que lo sepáis. Todas aquellas personas que me dicen que es absurdo lo que hago... En los directos estamos alejados de los cámaras, lo desinfectamos todo con el bote y lo hacemos así a pesar de lo complicado que es. Espero que lo entendáis, y los que no pues serán igual de becerros que todos los becerros que salen", ha sentenciado.
Lamentablemente, la situación que ha vivido en Córdoba no es el único sitio en el que suceden estas cosas: en Sevilla (donde él vive), Cantabria, Lleida... ¡También pasa!