Para Joana Sanz (29 años), la traición del que fue su marido, el futbolista Dani Alves (39 años), se ha convertido en una auténtica pesadilla. La modelo canaria, que ya anunció su ruptura con el brasileño, ha difundido hoy un comunicado a través de sus redes sociales en el que hace pública la tajante decisión que ha tomado, harta de la presión a la que se está viendo sometida. Esta decisión la ha tomado apenas unos días después de haber visitado a Alves en la prisión de Can Brians II, en Barcelona.
"Exponerme públicamente me causa ansiedad"
Joana comienza su comunicado diciendo que "dado el acoso mediático al que estoy sometida, he decidido dejar de utilizar mis redes sociales". La modelo piensa que de esta manera, y manteniendo un perfil bajo en los próximos meses, lejos de cualquier tipo de exposición pública, podrá relajarse y, por fin, poner fin al calvario que según ella está viviendo.
"No sé si con esto sea suficiente para que los medios de comunicación dejen de esperarme en aeropuertos, fuera de mi casa u hoteles, a la salida de restaurantes, en medio de mi trabajo o abordar a mis seres queridos. Ojalá que todo esto cese porque está afectando a mi salud mental y a mi vida social", dice Joana Sanz. "No soy una persona que viva de exponerse públicamente porque me causa ansiedad y pues no es para mí, gracias a Dios mi trabajo lo puedo realizar lejos de los focos mediáticos", afirma la modelo.
Agradecida a las personas que la apoyan
Parece ser que Joana Sanz no termina de entender el trabajo de los periodistas. Ser el objetivo de los reporteros no debería sorprenderla cuando ella es una persona famosa y su marido está en prisión preventiva acusado de un delito tan grave como una presunta violación. El día en que el caso Alves ya no sea actualidad, Joana dejará de ser objeto de interés para los medios de comunicación.
Antes de decir adiós a las redes sociales, Joana Sanz envía unas palabras de agradecimiento a quienes la han apoyado. "Doy gracias a todas las personas que me han apoyado con mensajes preciosos de ánimo y que incluso me han abrazado por la calle sin conocerme. No sé si volveré por aquí, es tiempo de desconexión".