Incluso los famosísimos pueden tener problemas para vender sus propiedades. Si no, que le pregunten a Jennifer López, que ha tardado cerca de dos años en poder vender la mansión en la que vivió con su ex, Marc Anthony.
Viendo las fotos, podría parecer imposible que alguien con dinero suficiente rechazara vivir en una casa así, pero lo cierto es que la cantante puso un precio de salida demasiado elevado para deshacerse de su antiguo nidito de amor, a pesar de encontrarse en Hidden Hills, una de las zonas mas exclusivas de Los Ángeles: intentó venderlo por 17 millones de dólares cuando a ella le había costado en su momento 8,2 millones.
Ahora, dos años después, ha tenido que "conformarse" con recibir 9,9 millones a cambio de la casa que compró en 2010 con su todavía entonces marido y en la que vivió con él hasta que duró su relación. Una casa con piscina, gimnasio, sala de cine, 9 habitaciones y 12 cuartos de baño. Casi nada. Y por supuesto, también cuenta con una sala de grabación que aprovechaba para trabajar y para ensayar sus coreografías.