Después del controvertido beso que Luis Rubiales le dio sin consentimiento tras alzarse como ganadora del mundo junto a sus compañeras de la Selección Española de fútbol femenino, Jenni Hermoso (33 años) ha podio disfrutar de unos días de relax, bien merecidos, junto a los que más la quieren.
A pesar de que la campeona del mundo ya estuvo veraneando con alguna de sus compañeras en Ibiza tras la victoria conseguida en Australia, la futbolista ha querido también sentirse arropada por los suyos, su familia, y así poder descansar de toda la vorágine de información que sigue habiendo sobre el la suspensión o no del presidente a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).
Los planes de Jenni y su familia en Marbella
Aunque algunas de sus compañeras ya han empezado los entrenamientos, la madrileña, que está en las filas del Pachuca mexicano, sigue aún de vacaciones y está aprovechándolas al máximo. Han sido unas semanas muy complicadas para Jenni, que en vez de poder desconectar y disfrutar de un triunfo histórico ha tenido que verlo ensuciado por la polémica. Y aunque todavía parece no haberse terminado, la jugadora del Atlético de Madrid ha puesto tierra de por medio y ha ido hasta Marbella junto a quienes más la quieren, su familia. Muy felices de pasar tiempo de calidad, han visitado una heladería ( La Valenciana) en la avenida Nabeul, donde paseaba por el casco antiguo aprovechando los últimos días de vacaciones.
"La campeona del mundo Jenni Hermoso, de visita en Marbella ha visitado la heladería la valenciana en Avn Nabeul. Enhorabuena por la copa del mundo, un placer verte por Marbella y por el casco antiguo", han escrito en las redes sociales del establecimiento, donde la jugadora ha posado muy sonriente después de haber pedido un helado de chocolate blanco y turrón.
Según ha contado el heladero Daniel Vila a‘ABC, Jenni "entró con su familia y todos ellos pidieron helado". Y aunque al principio ni siquiera se dieron cuenta de que era ella, finalmente "al pagar y ver los tatuajes" cayeron en la cuenta de quién estaba en su tienda, por lo que salieron del mostrador y se hicieron fotos con ella, momento que publicaron en sus redes sociales. Además, en el citado medio han comentado que Hermoso estuvo "muy amable y atendiendo a todo el mundo", además ser muy simpática con cualquiera que se le acercara a saludar, siempre ajena y sin estar pendiente a todo lo ocurrido estos días. Y es que sus días en la ciudad malagueña han coincidido con la calificación como “grave” del beso recibido de Luis Rubiales por parte del Tribunal Administrativo del Deporte (TAD).
Hace tan solo unos días que el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), que se reunió de manera extraordinaria el pasado lunes 28 de agosto para atender la denuncia contra el presidente de la RFEF remitida por el Consejo Superior de Deportes (CSD) con carácter urgente, abrió un expediente considerando que lo ocurrido con Jenni Hermoso es una una infracción "grave", y no "muy grave", de manera que el CSD no lo podrá suspender.
De esta manera, el TAD estima solo parcialmente la denuncia del CSD y, de mantenerse esta calificación por esta infracción, no solo supone que el órgano no pueda suspender de manera inmediata a Rubiales, sino que también el periodo máximo de inhabilitación al que se enfrenta sería de dos años.
Las únicas palabras de Jenni
Hermoso dejó en manos del sindicato FUTPRO, en coordinación con la agencia TMJ, la manera de tramitar lo ocurrido en la final del mundial, pero tras unos días muy controvertidos en los que Rubiales intentó salir airoso, la jugadora utilizó su cuenta de Twitter para expresarse y contar qué pasó exactamente en Australia. Tras agradecer el apoyo y los gestos de compañeras, amigos y usuarios, Jenni destacó la necesidad de afirmar que las declaraciones de Rubiales eran "categóricamente falsas y parte de la cultura manipuladora que él mismo ha generado".
De hecho, la campeona desmintió que entre ella y Rubiales existiera ninguna conversación como la que él explicó en la asamblea extraordinaria y "ni mucho menos, su beso fue consentido". Además, la futbolista de la Selección Española reiteró lo que ya dijo en un directo en el vestuario sobre que el gesto no había sido de su agrado.