Javier Sardá ha vivido un inicio de año de lo más accidentado. El popular presentador no ha comenzado el 2020 con bien pie debido al gran susto que sufrió el pasado 31 de diciembre, cuando sufrió un accidente mientras paseaba a su perro en la localidad de Canet de Mar.
Como suele hacer cada mañana, Sardá salió a pasear a su perro. Sin embargo, todo se torció cuando el presentador sufrió una grave caída en la calle. Como consecuencia, se dio un fuerte golpe en la cabeza y tuvo ser trasladado inmediatamente al hospital de Barcelona, a unos 30 kilómetros de la localidad en la que reside desde hace años junto a toda su familia. Allí, estuvo ingresado durante seis días.
Sardá, por lo tanto, no pudo tomarse las uvas en su casa, tal y como ha publicado en exclusiva ‘Semana’. Tras su traslado al hospital, los facultativos lo sometieron a diferentes pruebas neurológicas para descargar que se hubiera producido algún daño cerebral. Una observación por la que tuvo que pasar seis días en el centro médico.
Un susto para el presentador, quien no podría haber comenzado el año más accidentado. Sardá ha reconocido en más de una ocasión que es hipocondríaco debido a que sus padres fallecieron muy jóvenes. Por ello, no es de extrañar que no quisiera abandonar el hospital hasta que los médicos descartaran cualquier daño.
Finalmente, el pasado 5 de enero, Javier Sardá recibía el alta y abandonaba el hospital. El presentador llegó a su casa con el mejor regalo de redes posible: todo estaba a la perfección. Sin embargo, no hubo tiempo para muchas celebraciones ya que tuvo que guardar reposo para así recuperarse completamente del episodio. Desde entonces, el popular se encuentra en su vivienda junto a su mujer, Ana Gutiérrez, con quien se casó hace 15 años.