Javier Cámara confiesa la triste cuenta pendiente que tiene con Amparo Baró

Si recordamos a la maravillosa Amparo Baró, que falleció en 2015, nos vienen a la cabeza sus collejas en '7 vidas'. Y de manera inseparable a esa imagen, Javier Cámara recibiéndolas. Ambos formaron hace veinte años un tándem cómico insuperable como Sole y Paco, una jubilada con un humor mordaz y su enmadrado hijo treintañero que intenta poner orden en su vida. El actor abandonó la serie en la séptima temporada de la serie y en su punto de popularidad más alto. Y es que pasó un tren que no quiso dejar escapar: Pedro Almodovar le reclutaba para 'Hable con ella'. Título que marcó el inicio de una exitosa carrera cinematográfica.

Sin embargo, aquella decisión también acabó sacrificando algo muy valioso para él: su estrecha relación con Amparo Baró. Cámara ha desvelado un detalle íntimo y desconocido sobre su amistad después de que dejara '7 Vidas'. En conversación con Mara Torres en el programa radiofónico 'El Faro' (La Ser), se ha abierto en canal y ha confesado que la veterana actriz encajó muy mal su marcha, hasta el punto de no se lo perdonó nunca. "Cuando salí de '7 Vidas' no la volví a ver. Nunca más la vi. Cuando dejé la serie, no me lo perdonó, no me lo perdonó nunca", ha declarado todavía con una punzada de dolor. Y es que, aunque reconoce que la quiso "mucho", también ha estado de acuerdo en que "era alguien con mucho carácter".

Javier ha hecho de tripas corazón y se ha trasladado al triste momento en el que tuvo su última conversación con Amparo. "Fue una conversación no desagradable, pero muy triste", ha recordado. El protagonista de la serie 'Vota Juan' ha explicado que estuvo intentando hacerla entender que era una decisión muy meditada y que había estudiado todas las opciones para poder compaginar los dos proyectos, pero fue imposible tanto una cosa como la otra. "No te conozco, no sé quién eres", fue la respuesta de Amparo. Todo un mazazo que aún hoy recuerda como "un final duro de aquella comedia". "Fue la colleja más grande jamás golpeada", subraya. Y es que a su madre de ficción "aquello le dolió mucho" y todavía no se perdona haberla hecho daño: "Me jodió hacerle daño. (...) Pero tenía que tomar una decisión".

Cámara se arrepiente de no haberlo puesto en palabras públicamente antes, cuando Baró todavía vivía, pues le tranquiliza pensar que llamaría y le diría: "Eres un tonto, imbécil. No era para tanto. Pero, ¿qué dices? Si en el fondo, no era nada". Y, cómo no, se habría ganado una buena colleja, pero una de esas que no le habría importado recibir.