Javier de Benito, el cirujano de las estrellas y del poder: "Que yo te opere no significa que encuentres novio"

Por sus manos han pasado algunos de los nombres más conocidos del país. Empresarios, actrices, famosos internacionales, todos llaman a la puerta de Javier de Benito. Hablamos con él sobre su apasionante vida y su trabajo

Estela Cebrián
Estela Cebrián

Redactora de la revista Lecturas

Javier de Benito
Garófano

Javier de Benito es uno de los cirujanos más reconocidos del mundo, al que recurren desde actrices hasta los más poderosos y es tan valorado por su profesionalidad como discreción. Tras cinco décadas de carrera y éxitos, ha plasmado su experiencia y su apasionante vida en unas memorias que ha titulado ‘Lo que he aprendido de las mujeres’. 

¿Qué es lo que ha aprendido de las mujeres en 50 años de carrera?

En realidad es el resumen del libro, he aprendido a entenderlas y a sentir por ellas una gran admiración y respeto. 

Eres cirujano pero tu trabajo también tiene mucho de psicólogo.

Totalmente. Es algo que yo inculco a los médicos, cuando la paciente entra por la puerta yo observo su conducta, cómo viene, si está nerviosa, si quiere hablar, o no, si te escucha o no, si hace caso a lo que dices. Esto lo tienes que valorar ya en la primera visita. ¿Qué quiere conseguir? Puede venir alguien que me diga: “Doctor, no tengo novio porque mi nariz es fea”. Yo le digo: “Aunque te opere no significa que vayas encontrar novio y trabajo. No depende de eso, vamos a fracasar los dos”.

Es mucha responsabilidad este trabajo, porque tienes en tus manos el cambiar la manera en que una persona se percibe a sí misma. ¿Te lo planteas alguna vez?

Sí, a veces lo pienso, y eso es lo más difícil, porque a veces hemos fracasado. Ves un resultado maravilloso, un éxito de la cirugía y la paciente te dice: “No me veo”. Y eso está en su cabeza, no en el espejo. Está en la interpretación, y eso no lo operamos. Y es un fracaso.

Hay una percepción de que la cirugía estética es algo superficial pero también tiene un peso psicológico, porque puede ayudar a estar mejor con una misma.

Si, pero hay que darle valor a qué deseas, por qué te molesta… Yo a las pacientes les pregunto, indago. Por eso escuchándolas he aprendido tanto.

¿Has dicho que no alguna vez a algún paciente?

Muchas. Hay pacientes que no tienen clara la imagen y lo que te piden es un absurdo. El problema está en su cabeza, más que en su imagen. Hay gente que le tiene que decir que no o no te escuchan. 

¿Dónde están las mujeres más presumidas?

Las hay en todos lados. Sí es cierto que hay motivos diferentes para ser presumidas y cuidarse, dependiendo de la cultura. La mujer rusa es una mujer muy atractiva, que pretende encontrar marido, casarse bien y tener un buen nivel de vida. Y pretende enamorarlo y para enamorarlo tiene que estar guapa. Para la mujer árabe hay un solo hombre, yo he visto la lencería más sensual de todo el mundo en Arabia Saudí. Ellas luego se reúnen con sus amigas y van con minifalda, escotadas…

¿Cuál es el rasgo de una famosa que más te piden?

Eso cambia mucho, depende de la época y a quién se considera famosa. Hoy en día el prototipo de belleza ha cambiado mucho, tanto en hombre como en mujer. La cintura de Marilyn Monroe ya no se estila. Hoy es una mujer que va al gimnasio, se cuida mucho, andrógina, muy estilizada, pero sí que el rasgo femenino que quiere mostrar es más pecho y según como más proyección de glúteos. Eso se mantiene en el tiempo. El hombre al revés, antes era el hombre duro, como Sandokan, Sean Connery, desgreñado y cachas, hoy el hombre que gusta es aniñado, desprotegido, de rasgos suaves… la tendencia hoy del adolescente a la mayoría de edad es que el sexo se intenta difuminar y se quiere no distinguir tanto entre el masculino y el femenino. 

Cuando empezaste los hombres no se operaban tanto, ¿no?

No, ni se ponían cremas.

Javier de Benito
Garófano

¿Quién se opera más, los famosos o los políticos?

Los políticos no tienen mucho tiempo mientras están en la política. Y los famosos lo hacen para mantener. Hay muchos grupos de gente que tiene razones para intervenirse. Mucha mujer viene porque tienen parejas mucho más jóvenes, y quieren estar mas de acorde con su pareja, porque ven que envejecen. También hay muchas viudas, desde las que me dicen que se operan por el marido fallecido porque él lo hubiera querido así hasta las que dicen que sus maridos eran un coñazo que no les dejaban hacer nada y se han liberado. 

En tus inicios operaste a una actriz a la que tuviste escondida en tu casa recuperándose.

La tuve 15 días en casa porque le había prometido que no diría quién era, yo tenia a la televisión debajo, me asaltaban… Tapada con una manta, me la llevé a mi casa y allí la tuvimos. Nos contó anécdotas del cine y de actores… la única que la odiaba un poco era mi hija que tenía ocho años quería ver películas de dibujos y ella no la dejaba porque me hacía traerle todas las películas que había hecho de jovencita. 

¿Quién el primer famoso que operaste?

Jordi Pujol. El tenía un problema de lagrimeo en los ojos y eso muchas veces lo producen las bolsas de grasa que obstruyen el conducto lagrimal. Era una coctel, parecía cansado, parecía enfermo, entonces le operé los párpados y salió en la prensa, aprovechamos para matar dos pájaros de un tiro. También a Ben Gazzara, que lo visité en Los Angeles y lo contó en una rueda prensa. 

Tenemos una gran conocida que es Carmen Borrego, que le operaste la papada hace unos años.

Es muy amiga mía. También conozco a Terelu, son simpatiquísimas y me troncho con ellas. Ha pasado tiempo de la operación. 

¿Hay algún personaje que lo veas y pienses que le haría alguna cosita?

Yo hago un flash siempre que veo a alguien, pero luego ya me olvido.

Hay muchas influencers que promocionan las operaciones y la cirugía. Esto llega a mucha gente joven. ¿Qué te parece?

Como en todo hay grandes y buenos profesionales y malos profesionales. Conozco influencers que ayudan y otras que lo que intentan es hacer solo negocio. Hoy en día el adolescente tiene una falta de que se le escuchen en casa, por falta de tiempo de sus padres, y ese contacto familiar del día a día se va perdiendo. El adolescente necesita un apoyo, una guía, alguien, y donde van? A las redes sociales. Para mí hay una cosa que es fundamental en mi especialidad, que a veces se ha hecho muy frívola, se habla en plan tetas, culo, ojos, vendemos bolsos, joyas… y yo estoy en contra de esto. Siempre que hablo con los médicos yo les digo: “Detrás de cada teta, culo, nariz, hay un ser humano que tiene sus motivos y sus emociones y vosotros habéis estudiado medicina porque sois médicos, ser medico es proteger y ayudar”.

¿Se opera más la gente ahora o es que se dice más?

Ahora hay más cirujanos, más centros, y también se dice más. Cuando yo empecé en el 72, las pacientes se daban de alta por la noche para que el conserje no las viera llegar a casa. Entonces no se decía, era un tabú. Hoy en día todo el mundo sabe lo qué es un lifting o una liposucción. Eso facilita que la gente acuda más para cuidarse.

La cirugía ahora está normalizada, pero hasta hace nada se criticaba a la gente que lo hacía.

Siempre se ha criticado. Es como cuando dicen: “Esta actriz se ha operado y no parece la misma”.  Bueno, es que a lo mejor no quiere ser la misma, le habéis preguntado? Quien eres para decidir u opinar?

¿Y la gente que dice que no se opera y lo ha hecho?

Te diría que defiendo el que digan que no se han operado, si no lo quiere decir, que salgan por televisión y digan: “Pues no me he operado”… Eso lo respeto. Lo que no respeto es que digan que están contra la cirugía estética. Eso es de cretino.

¿Has tenido algún paciente que lo haya hecho?

No me acuerdo. Creo que no… o sí. Había una paciente que cuando me veía se desviaba para no saludarme, porque entonces podían decir: si le ha dado dos besos Javier de Benito es que la ha operado. 

A estas alturas quedas claro que vales más por lo que callas que por lo que cuentas.

Pero es verdad que cada vez se cuenta más, sobre todo en el entorno. No hace falta salir con un micrófono a decirlo. Antes no, antes se escondían del propio entorno. Hay quien viene y me dice: “Que no se entere mi marido”. Yo les digo: Díselo y vente con él.

Estuviste en el equipo de ‘Cambio radical’, y cuentas que allí te diste cuenta de la envidia que había en el sector. 

Yo tenía una amiga que decía: “Si la envidia fuera una enfermedad, España sería un hospital y Catalunya la UCI”. Nunca lo he entendido, yo no conozco dos cosas, los celos y la envidia. Hubo un momento que entraba Corporación Dermoestética y dijimos que, además de expertos en estética, tenían que participar los cirujanos plásticos. Contacté con Antena 3 y les propuse que fuéramos cirujanos plásticos a hacer la cirugía. Al principio todo el mundo estuvo de acuerdo, yo guié un poco a que entraran cirujanos plásticos de diferentes puntos de España. Evidentemente era un reto para el cirujano, arreglar dos o tres cosas de una paciente y que un mes o dos estuviera preparada para salir en televisión, no siempre se consigue, puede haber complicaciones. Era un reto y no todo el mundo lo aceptó o se atrevía. Hubo un momento que por envidias de centros que no habían salido o no se les había llamado, se lo empezaron a cargar. Fue una pena porque duró tres meses. La sociedad se retiró, pero se llenaron las consultas de cirugía estética, nunca lo agradecieron, y las clínicas dentales también, porque por primera vez salía en televisión todos los beneficios de hacer una cirugía estética correcta en pacientes que lo podían necesitar.

Javier de Benito
Editorial Tierra

En tu lado más personal, encontraste el amor en la consulta.

Yo he estado casado dos veces, a mi exmujer, la madre de mi hija mayor, la conocí en Marbella, y la segunda, con quien me case hace cinco años, venía acompañando a una paciente. Empezamos a hablar, nos reímos, me encantó, quedamos y quedamos y así vamos. Con una niña de 18 meses.

¿Cómo se lleva ser papá a estas edades?

Es fantástico, embobado, enamorado con esta niña. ¿Sabes qué ocurre? Cuando tienes los hijos a los 30 tienes toda la vida, tienes tiempo. Con mi hija yo no tengo todo ese tiempo, lo que quiero es disfrutarla lo máximo posible y que el día de mañana tenga de mi un recuerdo maravilloso. Ahora tengo mas tiempo y estoy feliz.

Con tu hija mayor no pudiste disfrutar tanto, trabajabas sin parar.

No tuve tiempo ni de darle el biberón casi. 

¿Te gustaría que tu pequeña fuera médico?

No. Ha cambiado mucho ya la medicina. Ella tiene que ser lo que quiera ser. Mi hija mayor, su madre es pediatra, su abuelo internista, su padre cirujano plástico, ella veía videos y sangre y se entusiasmaba. Un día me la llevé a quirófano todo el día, cuando tenia 15 años. Le dije: ese móvil que tienes sale de aquí. Y me dijo es muy duro, prefiero trabajar las clínicas, y estudio Esade. Hoy en día el médico ha pasado de ser un hombre al que se escuchaba, con un peso específico, culto, se ha perdido el respeto, además es una carrera muy larga. 

¿Qué balance haces de estos 50 años de carrera?

Yo estoy muy orgulloso de mi vida, de todo lo que he hecho. Estoy muy feliz. Estoy muy orgulloso de haber creado un centro de un importante reconocimiento mundial dedicado a la belleza, a la salud y el bienestar. Es verdad que me inspiré mucho en centros que lo han conseguido, como la clínica Barraquer en oftalmología y la Fundación Puigvert en urología. A través del Instituto De Benito he logrado compaginar la innovación técnica con el respeto al ser humano y he enseñado a un grupo de profesionales buenísimos que viajan y conocen todas las técnicas más novedosas en cirugía y medicina. Tratamos obesidad, genética… nosotros tratamos desde el gen a la epidermis, y siempre con honestidad.