El jaque mate de Fernando Fernández Tapias a sus hijos: su herencia queda blindada gracias a esto

Cuando sus hijos mayores quisieron incapacitar a Fernando Fernández Tapias este tomó una decisión que protegería su testimonio y herencia. Un giro de timón imprevisto y que descolocó a todos

foto autor Conchi
Conchi Álvarez de Cienfuegos

Redactora Jefe de Clara Corazón

Fernando Fernández Tapias
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Fernando Fernández Tapias falleció siendo uno de los empresarios más ricos de España.  Nadie aprovechó tanto el consejo de un suegro, quien le recomendó que compaginara el trabajo en una de sus navieras, con sus estudios. Él le hizo caso y el plan le salió redondo. En la historia de Fernandez Tapias hay mucho de trabajo, una pizca de suerte pero, sobre todo, toneladas de inteligencia. Era listo en el más amplio sentido de la palabra, en el sentido de saber aprovechar una oportunidad o de saber crearla. Uno de estos movimientos, supusieron un verdadero jaque mate a sus hijos y al futuro reparto de su herencia. 

¿Por qué si Fernando Fernández Tapias no estaba incapacitado tenía dos representantes?

Cuando en 2019 los hijos mayores del empresario, después de que este les cesara de sus puestos de responsabilidad en las empresas que había creado, le santaron ante el juez, convencidos de que su padre debería de ser incapacitado, Fernando Fernández Tapias tomó una decisión. 

Nuria González y Fernández Tapias 1
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Estaba completamente defraudado por esto que le hacían ahora sus mayores. ¡Él, que se lo había dado todo! ¿Ahora le pagaban con esa moneda? Lo vivió como si aquello hubiese sido la mayor traición de su vida. Estaba acostumbrado a las zancadillas en el mundo de los negocios, pero que este movimiento de proviniera de su propia sangre fue demasiado. 

Tras el juicio, el juez encontró que Fernando Fernández Tapias era una persona perfectamente capaz de tomar sus propias decisiones y que, al contrario de lo que decían Fernando jr., Iñigo y Borja, la cabeza le regía a la perfección. Pero, ¿por qué entonces tenía dos responsables, uno para sus asuntos económicos y otro para los personales? Ahí es dónde radica la jugada maestra del empresario. 

¿Quiénes eran los representantes de Fernando Fernández Tapias?

Fernando Fernández Tapias, sabiendo que sus hijos podían recurrir la sentencia del juez y que este pleito podría alargarse hasta la extenuación, y que esto se dilatara hasta su muerte, lo que podría provocar una impugnación de su testamento. 

Con el fin de proteger su herencia, Fernando Fernández Tapias dio un volantazo absoluto y designó él mismo a dos tutores para sus asuntos más importantes: Florentino Pérez para los temas que tenían que ver con sus empresas y su mujer, Nuria González, para las referentes a la salud. “Él se adelantó. Fue una jugada perfecta”, dicen a Vanitatis fuentes cercanas al naviero. De esta manera, pactó con dos personas de su máxima confianza y con quienes podía estar tranquilo, aquello en lo que mejor le podía favorecer de cara a su muerte. “Los hijos quedaban fuera del cualquier decisión al haber dos responsables legales. Y a Florentino Pérez no lo iban a cuestionar, mientras que Nuria, al estar al margen de las responsabilidades patrimoniales, ya no tenía nada que ver”.

fernandez tapias florentino perez
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¿Cuándo se abrirá la herencia de Fernando Fernández Tapias?

Fernando Fernández Tapias falleció el 24 de octubre y su muerte ha puesto en pie de guerra a su familia. Con las posturas más divididas que nunca, por un lado se encuentran Nuria González y sus dos hijos, Iván y Alma, y, por otro los hijos mayores que Tapias tuvo con sus dos anteriores mujeres Victoria 'Chiqui' Riva y Juana García Courel, especialmente los que tuvo con la primera, que fueron quienes iniciaron los trámites necesarios para la demanda por incapacitación. 

Quedan pocos días para que conozcamos qué dejó a quien este hombre, uno de los más ricos de España y cuya fortuna podría rondar los 3.000 millones de euros. Pero de lo que estamos seguros, y a tenor de los últimos sucesos, es que una parte de la familia no estará satisfecha con aquello que fijó en su testamento; su verdadero bien más preciado y al que trató de proteger por encima de todo en un jaque mate magistral.